publicado el: 24 mayo 2021 - 18:22

Educación

Ética y Valores Humanos en Época de Pandemia

¿Debemos dejar de lado la Ética y los Valores Humanos en medio de esta Pandemia?
Ética y Valores Humanos en Época de Pandemia

Actualmente estamos frente a una de las pandemias más graves de la historia reciente. Todo ello comporta una problemática global que pone a prueba la salud también global y la capacidad de los sistemas sanitarios y a todos sus profesionales en esta área; lo que hace que surjan problemas éticos importantes que requieren de medidas extraordinarias que obligan a cumplir con protocolos muy claros y prefijados. Por ello debemos preguntarnos ¿Debemos dejar de lado la Ética en medio de esta Pandemia?, en el presente articulo hablaremos sobre este tema que surge a medida que el virus avanza en todo el mundo.

El Dr. Antonio Alarcó, especialista en Ciencias de la Información y Sociología no dice: “La ÉTICA no puede dejarse de lado en una catástrofe de Salud Pública”.

En La Gaceta Medica, (Madrid, 2020) los especialistas opinan que es tiempo de tomarse muy en serio los valores y la práctica de la ética cívica compartida y vinculante (libertad responsable, igualdad ciudadana, solidaridad universalista, respeto activo, actitud de diálogo). La crisis económica post - pandemia va a necesitar que las instituciones políticas y económicas, velen por los millones de personas que van a quedar sin empleo, o con empleos que no permiten llevar una vida digna.

En esta situación es necesario que la población establezca mayores compromisos por el cuidado de los demás y del medio ambiente; optar por la ayuda mutua, y el apoyo a las personas más vulnerables: pobres, ancianos, discapacitados, niños y jóvenes, mujeres maltratadas, enfermos, etc. En estos momentos, no se debe tolerar manipulaciones políticas, de ningún orden en el tratamiento de estos casos; los actos de corrupción a todo nivel, como malversación de fondos destinados al control o mitigación de los efectos de la covid-19 representa un gran problema ético, una absoluta ceguera emocional, intelectual y moral, que puede significar la vida o la muerte de muchos.

La pandemia nos permite observar que somos inter - dependientes, tanto los individuos como las naciones. Se debe avanzar hacia un nuevo orden financiero y comercial en el planeta, para que los países más débiles puedan fortalecerse. Es urgente que desaparezcan los paraísos fiscales y otros recursos fraudulentos para que todas las empresas y ciudadanos solventes contribuyan con sus impuestos al sostenimiento de la salud y la educación pública, del sistema de pensiones de jubilación público y de los demás sistemas de protección social.

Según catedráticos de la Universidad a Distancia de Costa Rica es importante que los gobiernos, las empresas, las organizaciones humanitarias y la ciudadanía en general tengan mayor responsabilidad social. Se necesita una ética de la responsabilidad compasiva, es decir: actuar con mucha atención a los efectos (positivos y negativos) de lo que hacemos, dando prioridad a las consecuencias sobre las personas más necesitadas. Por lo tanto, es trascendental enfatizar en la práctica de valores individuales y colectivos en esta época de crisis:

* No fomentar el odio y el desprecio a otras personas por raza o condición.

* Hacer un uso racional de los recursos disponibles, sin despilfarros de comida

* Censurar gastos arriesgados como apuestas y juegos de azar

* Ayudar a los demás en la medida que esté en nuestras posibilidades, (vecinos que viven solos, familiares que pasan apuros económicos, amigos que necesitan compañía y consuelo)

* Comprometerse con la denuncia de abusos e injusticias que podamos observar en nuestro entorno más próximo (familia, empresa, municipio, organizaciones políticas y sindicales, etc.) y en el entorno más amplio (provincia, país, mundo).

* Reconocer nuestras habilidades y ponerlas al servicio del bien común; aportar como personas, como ciudadanos y como profesionales, dando lo mejor que seamos capaces de dar.

La crisis actual involucra todos como especie, y las estrategias de supervivencia necesariamente pasan por comprender que el apoyo y el cuidado mutuo son esenciales. Por lo tanto, si deseamos sobreponernos a los múltiples retos para la salud pública, para la economía y para el bienestar individual y comunitario, es clave realizar una breve reflexión ética sobre algunos valores primordiales y ponerlos en ejecución. La pandemia urge a repensarnos:

* Solidaridad: implica fraternidad, empatía y comprensión, ante todo con los anónimos.

* Compasión: es una virtud, un sentimiento de humanidad y altruismo que exige una práctica permanente y un compromiso hacia los otros.

* Bondad y desprendimiento: requieren un cultivo permanente en tiempos de crisis, de manera que contribuyan a superar la fase puramente instintiva y egoísta de la propia supervivencia.

* Reciprocidad: exige una preocupación por el ser humano y su dignidad.

* Justicia: Esta situación impone retos significativos en términos de distribuir los bienes existentes con equidad. Una redistribución justa implica la protección al personal de salud con las medidas adecuadas de bioseguridad y garantías laborales para todos.

* Redistribución: compartir de los propios ingresos a través de donaciones, propinas generosas; suministro de mercados, pago de salarios en caso de empresarios.

* Honestidad: Las noticias falsas en las redes sociales, el engaño, la desinformación o descalificación del accionar médico, así como los mensajes atemorizantes que afectan la salud mental van en contravía de los valores humanos.

* Respeto: acatamiento de reglas de convivencia es imprescindible. No es admisible ejercer coacción, intimidación o violencia contra nadie y particularmente, contra mujeres, niños y niñas.

* Empatía: es la capacidad de ponerse en la situación de quien actúa o piensa diferente, implica una actitud de reconocimiento que los derechos humanos son universales y mediante la cual me obligo también al cumplimiento deberes para con el otro.

* Responsabilidad: negar el problema, realizar festejos ignorando las medidas de aislamiento o movilizarse entre municipios en forma imprudente reflejan despreocupación por sí mismo y por el otro.

* Cuidado de sí: va más allá del uso de tapabocas, jabones o desinfectantes; implica un examen de las propias actitudes y comportamientos en relación con el otro, esto no es un ejercicio en solitario, sino una práctica social.

Consejos basados en la obra: Doce pasos hacia una vida compasiva. Editorial Planeta. Bogotá, 2019

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