Se cumplirán, este próximo mes de agosto tres años desde la catastrófica explosión que sacudió el puerto de Beirut. Una tragedia que amplificó la crisis política, social y económica de este país levantino. En esta situación el movimiento de resistencia islámica de El Líbano - Hezbolá - ha exigido, permanentemente, a las autoridades del país encontrar la verdad y enjuiciar a los responsables. Para Hezbolá la investigación y la necesaria verdad no debe dejar de lado la necesidad de mantener la solidaridad y cohesión entre los libaneses para superar las secuelas de la tragedia. Esto implica a realizar esfuerzos concretos, serios y profundos, no sólo para esclarecer la verdad del caso, lejos de los abusos políticos y conflictos internos, sino también avanzar para sacar al país de la severa crisis económica.
La Resistencia libanesa instó a los funcionarios judiciales a investigar “este gran problema nacional” con seriedad e impedir cualquier manipulación interna, explotación externa, acusaciones falsas y distorsión de los hechos que pudieran desviar la realidad detrás de la tragedia. Cerca de 2750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas durante 6 años en el puerto explotaron por una chispa en un almacén de petardos, cerca del puerto de Beirut. A pesar de las interrogantes, la nebulosa y claros indicios de ocultar las investigaciones cada día resulta más claro que Washington y el régimen nacionalsionista han sido los mayores beneficiarios de la actual crisis en El Líbano, intensificada por esta explosión calificada como una verdadera "explosión nuclear" por los efectos causados que tiene una serie de elementos concurrentes donde la corrupción, la negligencia, la burocracia, desidia y el aprovechamiento de ello por parte de servicios de inteligencia de Estados Unidos, Francia, Arabia saudí y el propio régimen infanticida israelí
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