Estados Unidos e Israel: regímenes psicóticos. Parte II

SegundoPaso ConoSur - Para los Congresistas estadounidenses, parte de ese grupo afectado por un trastorno psicótico que menciono en este trabajo, en materia de política internacional, se suma a las acusaciones permanentes contra Rusia aquel respecto el avión de Malaysia Airlines fue derribado por un misil separatista apoyado por Moscú, aunque no hayan sido presentadas pruebas algunas y la comisión internacional no vaya a entregar su informe hasta el 2015. Para Washington y los medios de comunicación que le son afines, no puede haber más culpables que Rusia y los separatistas. Y cuando hay que hablar de Georgia, el culpable es nuevamente Moscú, a quien se le acusa de invadir ese país el año 2008 a pesar que una investigación de la Unión Europea “aliados de Washington” llegó a la conclusión que fue Tbilisi la que comenzó, con el acicate estadounidense, una guerra injustificada contra Rusia. Misma situación que se vive en los territorios ocupados de Cisjordania o en la bloqueada Franja de gaza que aparecen como los responsables de atacar a la entidad sionista, ocultando que la sociedad palestina vive un proceso de ocupación y colonización que justifica moral y legalmente su defensa ante un régimen que comte crímenes de lesa humanidad. Israel no es la víctima, es el victimario, es quien sigue usando la narrativa del holocausto para generar confusión, manipular y desinformar. Washington y Tel Aviv, tal para cual.

La mencionada resolución 758 presentada en la parte I de este trabajo, daba a conocer acusaciones, sin haber presentado prueba alguna en la Cámara de Representantes estadounidense, más allá de especulaciones y amenazas a la seguridad nacional, visualización de peligros inexistentes o percibir que Rusia está contra Washington, en un símil de la persona sicótica descrita en párrafos anteriores.

No se presentaron pruebas audiovisuales, con todo el poder tecnológico que Estados Unidos y sus aliados tiene en la zona del sudeste ucraniano, que demostrara, antes de febrero del año 2022 operaciones militares rusas en apoyo a las milicias populares del Donbás. Pero, lo paradojal es que la acusación contra Rusia respecto a violar la soberanía ucraniana, no tiene correspondencia alguna y menos autocrítica, respecto al papel desempeñado por Washington, en una clara intromisión en los asuntos internos ucranianos, al ayudar al derrocamiento del gobierno ucraniano del ex presidente Víctor Yanukóvich en febrero del 2014.

El ex Secretario de Estado norteamericano John Kerry, en conferencia conjunta con el Canciller Británico Willian Hague señaló que no desean enfrentarse con Rusia por la crisis de Ucrania. “No es un juego de suma cero, del Oeste contra el Este, este no debería ser el caso, no se trata de Rusia o Estados Unidos o de otras opciones, se trata del pueblo de Ucrania y la opción de futuro de los ucranianos. Estamos dispuestos a cooperar con Moscú y otros países y con todos los que están disponibles para asegurar que (la situación) no se desplome” (1) Hague, por su parte, aseguró que tanto su país como el resto de la UE buscan que la crisis en Ucrania termine sin que corran peligro “la integridad y unidad territorial de este país. Ucrania necesita la ayuda financiera (estimada en 35 mil millones de dólares) y técnica de todos los Estados, entre ellos Rusia, pero son los ucranianos los que deben tomar sus propias decisiones”. Una idea que cayó por los suelos pues hoy reconstruir Ucrania ha sido estimado a septiembre de este año 2023 en una cifra superior a los 600 mil millones de dóalres. Un dinero que en lugar de haber sido invertido en la guerra – donde se han entregado por Washington y Europa al menos 300 mil millones de dólares en armas y apoyo financiero – podría haber apoyado el desarrollo de un país considerado uno de los más corruptos de Europa.

Resulta imposible creer en las palabras de los dirigentes occidentales, al filtrarse grabaciones de videos y audios donde la Secretaria de Estado estadounidense adjunta para asuntos europeos, Victoria Nuland, en una conversación con el embajador estadounidense en Kiev, Geoffrey Pyatt, señaló la necesidad de facilitar el éxito de la protesta contra el Gobierno ucraniano – Euromaidán - y su preferencia política sobre quién debería encabezar el gobierno en Kiev: Arseni Yatseniuk, líder del Partido Patria, al que pertenece la ex primera ministra Yulia Timoshenko y del cual es también es integrante el ahora nombrado presidente en funciones, Alexánder Turchinov. Se descartó, por tanto, el nombre del ex boxeador Vitaly Klitschko, líder opositor a Yanukovich, que contaba con el apoyo explícito de la Unión Demócrata Cristiana de la ex canciller Angela Merkel. Estábamos ante una verdadera guerra por encargo por parte de occidente contra la federación rusa.

En la mencionada conversación, Nuland sostiene “No creo que Klitschko deba entrar en el gobierno, no es necesario, no creo que sea una buena idea…que se joda la Unión Europea” (2) y así puede ser, que se joda la UE y se imponga el nombre avalado por Estados Unidos, sobre las posibilidades de Yulia Timoshenko quien ha recibido el compromiso de Merkel de apoyar su regreso a la política “con toda nuestra disposición proporcionar la ayuda que requiera” lo que muestra el movimiento de piezas en el ajedrez ucraniano donde la triada estadounidense, rusa y europea intentan lograr un jaque mate, que les permita consolidar su presencia política y económica. Como prueba de las denuncias de la injerencia del gobierno de Obama, en el proceso de derrocamiento de Yanukóvich la propia Nuland señaló el pasado mes de diciembre en una conferencia en el Club Nacional de Prensa, en Washington que Estados Unidos había invertido en Ucrania más de 5 mil millones de dólares, para concretar sus objetivos políticos “Desde la declaración de independencia de Ucrania en 1991, Estados Unidos ha apoyado a los ucranianos en el desarrollo de instituciones democráticas, mientras promovían la participación de la sociedad civil y el buen gobierno, todo ello necesario para alcanzar sus aspiraciones europeas” ONGs, programas de asistencia, el partido de Timoshenko, medios de prensa opositores a Yanukóvich, han sido los favorecidos con cerca de 5 mil millones de dólares”

La acusación respecto a que en la zona del Dombas se realizaron “elecciones fraudulentas e ilegales” previo al Golpe de Estado en Ucrania, refiere a estrategia conocidas para mostrar preocupación de occidente respecto a los derechos humanos, elecciones libres, libertad de expresión y otros conceptos que suelen usar cuando se trata de sus enemigos pero cuando se trata de las políticas sicóticas de aliados como el régimen nacionalsionista israelí, todos esos conceptos se convierten en palabras vacías, hipócritas y se permite que esos regímenes como el mencionado israelí esté ocupando, colonizando y extermine a la población palestina desde el año 1948 a la fecha con el mutismo y la complicidad occidental. Es la vieja política estadounidense de aprobar aquellas elecciones que le son favorables a sus intereses, pero maldecir y declarar al margen de la ley y el derecho internacional, aquellas elecciones que no van en la dirección de sus deseos e intereses. Para Washington no existe la posibilidad que la gente del este ucraniano marchara hacia su autodeterminación o un camino de integración con Rusia. La única dirección posible para el poder estadounidense es que las aspiraciones de las sociedades marchen en el derrotero signado por sus objetivos estratégicos, sino es así se habla de terroristas, separatistas totalitarios, destructores de la democracia, contra los a los cuales no queda más opción que aplastarlos.

Para los Congresistas estadounidenses, parte de ese grupo afectado por un trastorno psicótico que menciono en este trabajo, en materia de política internacional, se suma a las acusaciones permanentes contra Rusia aquel respecto el avión de Malaysia Airlines fue derribado por un misil separatista apoyado por Moscú, aunque no hayan sido presentadas pruebas algunas y la comisión internacional no vaya a entregar su informe hasta el 2015. Para Washington y los medios de comunicación que le son afines, no puede haber más culpables que Rusia y los separatistas. Y cuando hay que hablar de Georgia, el culpable es nuevamente Moscú, a quien se le acusa de invadir ese país el año 2008 a pesar que una investigación de la Unión Europea “aliados de Washington” llegó a la conclusión que fue Tbilisi la que comenzó, con el acicate estadounidense, una guerra injustificada contra Rusia. Misma situación que se vive en los territorios ocupados de Cisjordania o en la bloqueada Franja de gaza que aparecen como los responsables de atacar a la entidad sionista, ocultando que la sociedad palestina vive un proceso de ocupación y colonización que justifica moral y legalmente su defensa ante un régimen que comte crímenes de lesa humanidad. Israel no es la víctima, es el victimario, es quien sigue usando la narrativa del holocausto para generar confusión, manipular y desinformar. Washington y Tel Aviv, tal para cual.

Previo a la operación militar de desnazificación y desmilitarización del régimen nazi ucraniano, se acusaba a Rusia, de imponer sanciones contra países como Georgia. Moldavia e incluso Ucrania. Por usar un término cercano, se acusa irónicamente a la Federación de Rusia de haber impuesto sanciones económicas, no sólo a los mencionados países, sino también a varios Estados miembros no identificados de la Unión Europea, utilizando para ello “el suministro de energía para ejercer presión política y económica”. Es decir, no sólo el ladrón está detrás del juez o el lobo se viste con piel de oveja, sino también el agresor acusa a otros de poner en peligro la paz mundial y lo hace padecer sanciones económicas, financieras y políticas contra bancos, funcionarios públicos, empresarios y miembros del parlamento ruso. Dicho mecanismo diez años después se sigue utilizando profusamente: Rusia es acusado de generar la subida de los precios internacionales d ellos alimentos. Rusia es responsable del desabastecimiento del gas y el petróleo en Europa, ocultando que ha sido Estados Unidos quien ha patrocinado el incumplimiento de los contratos con Rusia, favoreciendo a las transnacionales norteamericanas que venden a precios cuatro veces superiores los mismos productos que Rusia entregaba a Europa.

En su momento, Alexei Puskov, Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales del parlamento Ruso sostuvo que “La resolución 758 es la formalización oficial de la nueva Guerra Fría, iniciada por la Administración Obama contra Rusia. Tras la aprobación de este documento, un “reinicio” de las relaciones entre Rusia y EEUU “no tiene posibilidad alguna”, sentenció el diputado. Y, con cuanta razón pues a partir de esa resolución la política de máxima presión contra Rusia se intensificó a grados superlativos. Por su parte, Dennis Kucinich ex congresista por el Partido Demócrata, afirmaba que, con la Resolución 758 las tensiones entre Rusia y Estados Unidos se avivan cada día por los que podrían beneficiarse del reinicio de la Guerra Fría el Complejo Militar Industrial con el dinero que ello significa “recordemos que la Guerra fría, que se prolongó entre 1948 y 1991 costó a los contribuyentes estadounidenses 20 billones de dólares según valores actualizados.

La Resolución 758 exige que el presidente y el Congreso revisen la política de seguridad y controlen si los recursos del ejército de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN son suficientes para cumplir las obligaciones de la defensa colectiva. Esto significa, lisa y llanamente, el aislamiento de Rusia y la disposición a empezar una guerra contra Rusia. Debemos exigir que EE.UU. utilice herramientas diplomáticas en vez de aumentar los gastos militares, para garantizar el orden mundial”, concluyó Kucinich graficándolo que sería la política posterior del ex presidente Donald Trump quien exigió a sus socios europeos de la OTAN que incrementaran su PIB destinado a la guerra a un 2% constituyéndose en el poder global con mayor presupuesto en materia de guerra. Una resolución que es lógica consecuencia del frenesí de dominio que Estados Unidos ha venido desarrollando desde la caída de los socialismos reales y el fin de la Guerra Fría y a diferencia de la persona con trastorno mental denominado sicótico, que no es consciente de su enfermedad, el gobierno norteamericano, que padece de esa sintomatología, parece conducirse con una contumacia in extremis por los pasos que da, los fines que persigues y los costos que ello conlleva. Es, por tanto, un trastornado consciente y contumaz, lo que lo hace doblemente peligroso. Uno al nacionalsionismo en esto pues se corresponden enteramente. Israel no sólo recibe apoyo militar, tecnológico, en seguridad, político y diplomático de su padre putativo estadounidense, sino que también genera leyes que intensifican su carácter totalitario, segregacionista, racista y de apartheid como es la ley de estado nación judía, que no ha recibido reproche alguno de sus socios occidentales, comprobando el doble rasero en materia de las relaciones internacionales y comprobando certeramente la sicosis que envuelve a este engendro político denominado nacionalsionismo.

Recordemos, que previo a la resolución 758, el Congreso Estadounidense aprobó la denominada Ley de Prevención de la Agresión Rusa (Rapa por sus siglas en inglés) que ingresó al Senado mediante el número S 2277. Allí se convocó a la militarización de Europa del Este y los países bálticos, autorizando, además el estacionamiento de tropas estadounidenses y de la OTAN en las narices de Moscú, en una clara provocación al gobierno de Putin En específico RAPA dirige sus peticiones al ex mandatario y singular Premio Nobel de la Paz, Barack Obama para que en uso de sus facultades “ponga en marcha un plan para aumentar el apoyo estadounidense y de la OTAN a las Fuerzas Armadas de Polonia, Estonia Lituania y Letonia y de otros Estados miembros de la OTAN. En segundo lugar señala esta ley agresiva, belicista, la necesidad de basar permanentemente fuerzas de la OTAN en esos países (limítrofes con Rusia) y encarga al presidente Obama que presente un plan al Congreso para acelerar los esfuerzos de defensa de misiles de la OTAN y europeos”.

Pablo Jofré Leal

Artículo para SegundoPaso ConoSur

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  1. https://radio.uchile.cl/2014/02/28/ucrania-una-nueva-guerra-fria/
  2. https://www.reuters.com/article/portada-ucrania-eeuu-audio-idLTASIEA1602020140207
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