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La Moneda Social

​​​​​​​Una práctica solidaria

Segundopaso – La moneda en un sentido tradicional ha sido desde la antigüedad el medio de intercambio más habitual, mostrando innumerables ventajas, pero también una serie de inconvenientes que cobran una gran relevancia hoy en día: el monopolio, la especulación, la usura, depreciación, devaluación, entre otros problemas económicos. Poco a poco ha dejado de lado la solidaridad y la reciprocidad.

Una moneda social es una interesante propuesta, no solamente en épocas de crisis, sino también como un sistema equitativo de intercambio que no pretende anular o sustituir al dinero tradicional sino desarrollar valores positivos en la sociedad. Por su misma esencia presenta una característica fundamental y que la distingue completamente de la moneda tradicional; fomenta unos lazos muy fuertes entre los productores, compradores y consumidores de los productos locales; involucra a todos los agentes sociales en el desarrollo de las actividades económicas de la zona ya que aquello que beneficia a uno, beneficia al resto y reafirma la identidad local y el sentimiento de formar parte de un mismo colectivo creando sinergia.

Una Alternativa frente a la crisis

Los vecinos de Valparaíso en Chile son un buen ejemplo en una época donde la economía familiar es una gran preocupación. Las comunidades porteñas de cuatro zonas se sumaron a la implementación de una moneda social como un plan que enfrente la crisis generalizada que trajo la pandemia del Covid-19. La iniciativa la lidera el director del Laboratorio de Data Science de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Miguel Guevara.

La apuesta es promover el intercambio de bienes y servicios. El primer paso fue trabajar con la comunidad y establecer derechos y obligaciones para usuarios, normas para el ingreso y tipos de intercambios. Durante el proceso las personas podrán aprender a usar el sistema y fortalecer la economía solidaria. Luego se hará un registro de inscritos, el que será validado por los fundadores. Desde estos conceptos se propuso la “Moneda Valpo” con la cual se pueden retribuir trabajos, gestiones, apoyos; a la vez que permite valorar el tiempo y los productos elaborados por sus propios integrantes”. El académico agregó que “la verdadera riqueza radica en las personas, en los vínculos que éstas crean”. Se ha organizado un equipo multidisciplinario trabaja en el desarrollo de una aplicación que complemente la gestión comunitaria en una plataforma de transferencias de la moneda social “Valpos”. Además de la organización de talleres y ferias dirigido a expendedores y consumidores.

Las experiencias de monedas sociales en la Argentina

María Adela Plasencia expresa que este tipo de monedas crean lazos sociales, pertenencia, potencian capacidades y saberes, impulsan la economía popular; en síntesis, contribuyen a alcanzar el buen vivir. Argentina posee una importante experiencia de creación de la moneda social que también son conocidas como un “trueque”, aunque no se trata de trueque verdadero sino de intercambios mercantiles mediados por una moneda distinta de la de curso legal. Surgieron en los años 90 y la participación de estas experiencias creció exponencialmente a medida que la profundización del modelo neoliberal elevaba las tasas de desempleo y pobreza en el país.

¿Cómo funciona?

El primer modelo que funcionó fue con la moneda “Sol” en el Banco de Horas Comunitario que permitía a varias familias aprovechar este procedimiento para financiar las matrículas de una escuela que no podían pagar; tenían poco dinero, pero en cambio, poseían alimentos no perecibles, libros y ropa. Así se fundó el “banco” local donde los usuarios de esta moneda podían retirarla y depositar bienes. Cada “Sol” estaba respaldado, por ejemplo, con dos kilos de patatas y con su equivalente podía acceder a servicios, como trabajos de carpintería y fontanería, por lo tanto, si otro socio quería otro producto por su trabajo podía comprarlo en el banco. De esta forma, muchas familias consiguieron financiar una mejor educación para sus hijos.

Existe también la propuesta de crear y gestionar una moneda que sirva para transacciones internacionales. Bernard Lietaer, experto mundial en “monedas sociales”, propone implementar “Terra”, una moneda complementaria que sería emitida cuando se depositen bienes que sean universalmente aceptados, tales como petróleo, hierro y trigo, y así permitir que los países del sur, con abundantes recursos naturales, conviertan su riqueza en liquidez sin depender de préstamos del Fondo Monetario Internacional. Se espera estabilizar el comercio internacional gracias a este nuevo medio de intercambio, pues su valor será estable. Esto podría parecer una utopía o sueño colectivo, sin embargo, podría ser el paso de pequeñas a grandes soluciones.

Ventajas de este tipo de monedas:

· Esta creación monetaria está basada en la producción existente de bienes y servicios, por lo tanto, están ancladas en la economía real.

· Es un medio de intercambio libre de inflación y deflación: el respaldo de estas monedas son los propios productos. Esta ventaja favorece a muchas economías agobiadas con estos problemas.

· Facilidad de convertir productos en liquidez: Los productores y/o proveedores de servicios consiguen la moneda fácilmente y depositarlos.

Inconvenientes en su uso:

· Costo de mantenimiento: Se necesitan gestores y un espacio para administrar la emisión y el rembolso de la moneda social, lo que significa costos adicionales.

· Dificultad de evaluar en números, el valor de los productos y servicios.

· Riesgo de que los productos y/o servicios depositados no sean de interés de ninguno de los demás socios.

En diferentes países de América Latina y el mundo existen miles de ejemplos similares que podrían inspirar un proyecto semejante para nuestro barrio o zona. ¿Te animas a crearlo?

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