Una Colombia que nos grita que para vivir no es necesaria tanta muerte, que busca su camino para un futuro mejor entre gobiernos corruptos, bases militares estadounidenses en su territorio y una población que mayoritariamente pide paz.
Una Colombia que parafraseando aquel texto de Julio Cortázar sobre Nicaragua y su revolución podríamos definir a esta Colombia, tan vital entre tanta muerte, como un país Trágicamente Dulce.
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