Niños y Adolescentes

Revista Primer Paso Infantil, el Andar Luminoso

Audioteca – la Revista Primer Paso tras la exitosa presentación de su primera edición, nos trae un regalo para todos los niños hispanohablantes del mundo con su nueva edición, para ello junto al Lic. Ramon Medero daremos un vistazo critico a la revista, conociendo más al equipo de trabajo, como está compuesta y que tipo de contenido es el que nos ofrece.

Cada vez que aparece en el ecosistema editorial de Nuestra América una publicación para niñas, niños y adolescentes, sea en formato electrónico o impreso, deberíamos celebrarlo por todo lo alto y ayudar a promoverla, sobre todo si se trata de una noble iniciativa, ideada para contribuir en la formación de esos noveles espíritus y abrillantar con amor y sabiduría sus corazones.

Este es el caso de la revista Primer Paso Infantil que, bajo la dirección ejecutiva de la voluntariosa Tahere Badajsh, acaba de lanzar su número 2 en este esperanzador año 2021 que apenas comienza. Conocemos de cerca el equipo de trabajo que hace posible esta hermosa propuesta editorial de tipo periódica y que nos llega en formato digital e impreso. Estamos al tanto de sus altas competencias y elevado compromiso, así como sus valiosos esfuerzos y tenacidad para superar todos los problemas y limitaciones que suelen presentarse cuando se asume un proyecto de esta envergadura y, sobre todo, dentro de este ámbito tan especializado de la literatura y la educación infantil.

Dicho esto, afirmamos de antemano que nuestra valoración acerca de los dos números de esta revista y de la propuesta general es más que positiva. No obstante, el sincero entusiasmo que sentimos hacia este proyecto debido al enorme potencial que encierra, nos anima a compartir, de manera amorosa, algunas modestas reflexiones. Y es así no por mera solidaridad, sino que en el contexto nuestro americano toda aquella producción editorial que se enfoque en la educación de nuestros niños y adolescentes es un asunto primordial y hasta estratégico, sobre todo en este mundo saturado de una banalidad que ha sido inyectada por las corporaciones del entretenimiento.

Cómo no acompañar el crecimiento de este espacio que se suma a la lucha contra la transculturación y, por ende, se sitúa en el eje de resistencia que rebate la tesis de la homogenización cultural a escala global. Los jóvenes espíritus son los más vulnerables y propensos a ser alienados por esta maquinaria hegemónica traga culturas, a ser confundidos por los falsos valores, los malos hábitos y el desprecio hacia los rasgos definitorios de su identidad, que es uno de nuestros mayores patrimonios regionales a pesar de la diversidad y precisamente debido a ella; esa diversidad que nos une y define, que dialoga.

De hecho, en la portada de su edición fundacional, Primer Paso Infantil dice estar concebido para todas las niñas y niños hispanohablantes, y con ello entendemos que se refiere a los hablantes de la legua española de todo el mundo. Luego, en su breve nota editorial o introductoria, saluda al público infantil de América Latina y suponemos que también al del Caribe. Esto significa que Nuestra América es el epicentro desde donde la revista desea otear el mundo y, por supuesto, desde la lengua mayoritaria con la cual nos comunicamos, pero esta no debe convertirse en una atadura ni tampoco en un universo inabarcable, sino en un medio que permita extender una cálida invitación para que el mundo conozca la multietnicidad y pluriculturalidad nuestro americano.

De allí que la cosmovisión indígena y el polícromo Brasil deberían incorporarse bajo distintas estrategias, incluso primar por encima de lo español peninsular. Ojalá que esta sea su política y que los niños y los padres del mundo se nos acerquen y sepan cómo hablamos, pensamos y sentimos a través de esta hermosa ventana llamada Primer Paso. En todo caso, los habitantes de estas latitudes no podemos asumirnos como hispanos, como tampoco debería hacerlo un alemán por el hecho de hablar español, porque se trata de un término con una carga semántica colonial.

Lo anterior guarda relación con los aspectos conceptuales. Ahora abramos las páginas y miremos dentro. El primer número de esta interesante iniciativa vio la luz en noviembre de 2020, con una propuesta de diseño y diagramación que pudiera catalogarse de convencional, algo que es perfectamente válido y que no menoscaba la revista, sino que simplemente no apuesta por algo más experimental o radicalmente innovador. Sin embargo, todo brilla por la gran calidad de las ilustraciones realizadas por Mahsa Abbasi, Rana Azarmanesh, Masoud Gharebaghi, Dena Mehregan y Samane Salavati, y por la consagrada venezolana Etten Carvallo, conocida por sus particulares viñetas e ilustraciones de contenido crítico y que aquí retoma su inclinación hacia la imagen concebida para los chiquillos.

Como ya sabemos, el uso de la ilustración en los textos literarios infantiles constituye un valioso instrumento para aumentar y enriquecer la experiencia lectora y estética. Se convierte en un reto lúdico, lleno de señales y acertijos. Sin embargo, algunas publicaciones sobrestiman el virtuosismo de los ilustradores y lo estético cobra excesivo protagonismo frente al texto, que pasa a ser un simple complemento. En la revista Primer Paso Infantil, la imagen está concebida como relato y es coherente y armónico con el texto, su lectura adiciona elementos conceptuales, detalles descriptivos y espaciales que permiten comprender mejor el mensaje textual. De esta manera, la experiencia lectora es mucho más enriquecedora.

El número 2 parece anunciar que la periodicidad va a ser trimestral, aunque estoy seguro que eso será hasta que se supere la curva de aprendizaje, crezca la experiencia y se sumen más colaboradores; luego de ello, es probable que la cadencia de aparición sea mensual. En esta edición se mantienen los criterios estéticos, lo cual es muy importante, ya que la revista va construyendo su personalidad. Las ilustraciones parecen más elaboradas y ricas en detalles, y se nota una mayor imbricación con lo textual. Vemos que se incorporó al equipo una nueva ilustradora, Sima Yazdani, aunque no aparecen firmados sus trabajos. La portada, por su parte, está muy bien lograda e invita a leer la revista.

De seguro, Primer Paso Infantil será una escuela para muchos ilustradores jóvenes que tendrán allí la oportunidad de mostrar su talento y contribuir en la construcción de una narrativa fecundada por valores enaltecedores del espíritu. Sin embargo, la vida de una publicación seriada que se mantiene en el tiempo suele estar signada por épocas o etapas, donde tienen lugar cambios estructurales y de estilo. Esta revista, en particular, parece estar bastante cerca de encontrar un lenguaje gráfico propio y la correcta armonía entre este lenguaje y los valiosos textos que encierra. La reciente aparición del número 2 confirma que esa exploración creativa está en pleno florecimiento para obtener una identidad original que la distinga de otros proyectos similares y, más que eso, la coloque a la vanguardia.

Las afirmaciones anteriores nos obligan a comentar acerca de los contenidos ofrecidos en ambos números. Al leerlos con detenimiento se aprecia que la preocupación primordial es la divulgación de saberes y conocimientos científicos básicos para el desarrollo del intelecto en general, pero también los buenos hábitos en la cotidianidad dentro del ámbito familiar; asimismo, la reflexión filosófica sobre la vida, la trascendencia y los principios éticos y morales que sirven de guía para ser mejores personas. En el número 1, los relatos titulados “El mono inteligente”, “El sabio y el lápiz” y “El monstruo”, entre otros, constituyen reflexiones sencillas pero profundas sobre aspectos morales. En cuanto al estímulo de la curiosidad científica y los hábitos de higiene, se aborda el tema de la pandemia por COVID-19 y los protocolos de bioseguridad, así como una breve reseña histórica sobre el descubrimiento de la penicilina y el estudio de las bacterias. También hay datos sobre “El planeta Tierra” que ayudan a incrementar la conciencia acerca de las maravillas de la naturaleza y el sentido de respeto por el ambiente y la biodiversidad.

El número 2 mantiene estos objetivos, aunque notamos un incremento en el componente lúdico con las actividades “El camino que marcaron las estrellas” y “Decore su propio árbol…”. Lo único que modestamente podríamos recomendar es replantear el ordenamiento de los contenidos dentro de una estructura claramente delimitada en secciones temáticas o por actividades, agrupar los contenidos similares. Esto otorgaría, por un lado, una mayor cohesión y coherencia de todo el conjunto y, por otro, facilitaría el recorrido visual a lo largo del corpus, para encontrar más rápido algún texto o una información. Igualmente, sería maravilloso que, así como hay una participación de varios ilustradores, se le dé cabida a escritores y escritoras jóvenes, y a otros más consagrados, para que colaboren con sus textos poéticos y cuentos.

Lo más valioso de esta revista es que no participa de las contradicciones que gobiernan el mercado de las artes y en el mundo del libro particularmente. Como sabemos, es bastante común que se fabriquen contenidos encausados a estimular la curiosidad, el entusiasmo y el mero entretenimiento, con un lenguaje y unos temas que no siempre promueven valores morales y éticos en los más jóvenes. En cambio, la ecuación que prevalece en Primer Paso Infantil no es mercantilista o la del mayor beneficio económico, sino del mayor beneficio espiritual, cognoscitivo y recreativo. De allí que su producción no es el resultado de un laboratorio mercadotécnico, donde se preconciben y ensayan gustos y tendencias que violentan los mecanismos de recepción naturales y se disparen las ventas en las grandes masas consumidoras.

En definitiva, Primer Paso Infantil no es una revista más, sino una que ofrece historias para arropar los sueños, una que divierte y entretiene, que ocupa productivamente los tiempos de ocio, pero que al mismo tiempo sirve para la formación integral del ser humano. De esta manera, creemos que todo lo que acá podamos decir es una contribución humilde para la construcción colectiva de una revista que, luego de haber dado ya su primer paso, pueda transformarse en una herramienta cada vez más pertinente para que los jóvenes puedan descubrir el complejo mundo, consolidar sanas emociones, reflexionar y desarrollar sus propios puntos de vista sobre temas tales como la bondad, la misericordia, la solidaridad, la justicia, la hermandad, la paz, la concordia, el respeto al prójimo y a la naturaleza, el amor a los padres, la honestidad, la lealtad, la valentía, la austeridad, el buen carácter, entre otros principios humanistas y universales, tan necesarios en el proceso de formación de una conciencia a favor del bien ajeno y de la trascendencia, y que ilumine el delicado corazón de los más pequeños.

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