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Estados Unidos Incapaz de Manejar la Crisis Migratoria

Segundopaso – Lo Reciente 48 – Un hecho sin precedentes en EEUU se va desarrollando a la vista del gobierno de Joe Biden, hablamos sobre la crisis migratoria, que ha afectado a miles de mujeres y niños que tratan de perforar la frontera Americana, pero lastimosamente son detenidos y recluidos en lugares en los cuales no se les otorga y respeta sus derechos como seres humanos, vamos a conocer más sobre esta crisis humanitaria.

El gobierno del presidente Joe Biden enfrenta un problema en la frontera entre Estados Unidos y México, donde están siendo detenidos un número creciente de niños migrantes buscando asilo. Si bien la Casa Blanca sostiene que la frontera está cerrada, sin embargo, se les permite entrar al país en vez de enviarlos de vuelta, porque según los oficiales sería demasiado peligroso para ellos hacer el camino de regreso a sus países por su cuenta.

El gobierno de Biden y legisladores de ambos partidos están en disputa acerca de cómo responder ante este grave escenario en la frontera. Lo cierto es que ni con las políticas de Trump, ni con las de Biden han logrado controlar la situación y mucho menos dar una solución a la crisis humanitaria que ha puesto en riesgo a miles de personas y extremadanamente peligroso para los menores que cruzan la frontera solos, las imágenes de niños y niñas inmigrantes encarcelados en condiciones infrahumanas ha dado la vuelta el mundo cuestionado el sistema de control migratorio de Estados Unidos y el manejo de principios de derechos humanos básicos.

El Secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas dijo a través de un comunicado que “la situación en la frontera del suroeste es difícil” y que están cumpliendo con su trabajo en forma intensiva. Mientras la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi la calificó como una “crisis humanitaria”, una etiqueta que el gobierno de Biden ha evitado utilizar y os republicanos en el congreso han criticado el irresponsable aumento de niños migrantes y la han denominado como “la crisis de Biden en la frontera.”

Según los opositores de Biden, las razones por las que ha aumentado el número de niños pidiendo asilo en la frontera se debe a que la administración no ha abierto una vía legal para que la gente pueda ingresar a los Estados Unidos, por lo tanto, va a seguir ocurriendo. La directora ejecutiva de Las Americas Immigrant Advocacy Center, que provee asistencia legal gratis a migrantes piensa que podría reabrirse los puertos y ponerlos de nuevo en funcionamiento y permitir que soliciten asilo. Pero eso, además de demagógico significa un interminable trámite, que hace imposible su ingreso.

Por otra parte, el gobierno de Biden dice que está registrando más detenciones de migrantes debido al cambio de la retórica del presidente Donald Trump y sus duras políticas de inmigración, dando “esperanza” a una demanda a de políticas “más humanas” retenidas en estos cuatro años, pero esta motivación infundada fue un juego peligroso que provocó fue desorden y acumulación. No obstante, los expertos dicen que “la esperanza” no es el único factor que ha impulsado a los migrantes a la frontera, sino que el que el aumento de llegadas coincide con un patrón que se ve cada primavera, pues se trata de un fenómeno “cíclico”, que se han comprobado históricamente, así lo demuestra el crecimiento de los índices de migrantes que solicitan asilo en esta época.

Durante sus primeras semanas en la presidencia, Biden paró la construcción del muro fronterizo y comenzó a desmantelar varias de las políticas de Trump, como por ejemplo el Programa de Protección de Migrantes, que forzaba a las solicitudes a esperar en México mientras se les concedían audiencias de inmigración. Sin embargo, pese a las aparentes diferencias en la aplicación de políticas migratorias, son únicamente estilos que llevan a un mismo camino, la marginación, discriminación e inseguridad, ciertamente el discurso sobre los “derechos de los migrantes” ha sido solamente un instrumento electoral para ganar votos. Es así que el gobierno de Biden ha mantenido en vigencia una política clave de la administración Trump, el llamado Título 42, que le permite a la Patrulla Fronteriza expulsar a migrantes indocumentados en las instalaciones de detención. Este sistema ha provocado la expulsión de al menos 13.000 niños que cruzaron la frontera solos, y las expulsiones continúan con más de 2.000 personas por día. Tampoco está claro si a las 40.000 víctimas de “Quédate en México” implementado por el gobierno de Trump, cuyos casos se cerraron, se les concederá otra oportunidad de solicitar asilo mediante un proceso justo y respetuoso de sus derechos.

El gobierno de Biden aún no ha anunciado planes para atender a las más de 16.000 personas que habían inscrito sus nombres en las listas de espera en las ciudades fronterizas mexicanas para solicitar asilo en un puerto de entrada de EE UU. No hay planes para atender a los miles de personas que han sido devueltas a México en los últimos años, especialmente a través de la política estadounidense de expulsión de personas mediante un abuso de la autoridad de salud pública.

En estos días Biden, ha encargado a la vicepresidenta Kamala Harris la gestión de la creciente llegada de migrantes indocumentados, sobre todo menores sin compañía, a la frontera con México, situación que ha aumentado las críticas contra su gobierno y se ha enviado una delegación de congresistas para a visitar un centro para migrantes en Carrizo Springs, en Texas, que ahora viven en terribles condiciones durmiendo sobre el pavimento. Aunque la Casa Blanca hasta ahora no lo ha admitido, la cantidad de migrantes en esta zona crítica, se ha triplicado en las últimas dos semanas. Organizaciones humanitarias estiman que hay más de 180.000, procedentes de países centroamericanos.

Los republicanos hablan de una “crisis imparable” y los demócratas dicen que es una “situación difícil” por las malas políticas aplicadas anteriormente. En definitiva, es una realidad fuera de control que afecta a la población latina debido a la falta de políticas serias y a la doble moral que dice acoger a migrantes en condiciones de legalidad, mientras se los persigue y maltrata. Los Estados Unidos ya no tienen nada que ofrecer, la imagen de estado “protector y democrático” está totalmente destruida; los derechos humanos son una utopía y todos los días se los vulnera. Es un régimen racista que no les interesa los migrantes y tampoco hacen nada por controlar las mafias y redes de tráfico de personas que actúan libremente en la región, pues esto les permite descargar su responsabilidad a terceros.

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