Funciones Sociales del Bendito Mes de Ramadán

Islamaldia - El mes sagrado de Ramadán es una oportunidad para que los seres humanos piensen más en el camino hacia la excelencia y perfección en la sociedad que los rodea.

El ayuno es una especie de práctica de purificación, auto-perfección y una forma adecuada de lograr el control sobre uno mismo y luchar contra los deseos mundanales. Es un factor eficaz para lograr el objetivo y la filosofía más importantes de la vida, es decir, la perfección y la cercanía a Dios. Al establecer el ayuno, Dios le ha dado al ser humano una oportunidad, especialmente en el mes sagrado de Ramadán, para que pueda emplear su potencial talento para acercarse a su Creador. El propósito del ayuno es entrenar a una persona espiritualmente y guiarla al camino que conduce a la piedad.

El ayuno, independientemente de sus otras bellezas, es una prueba de fuerza y autoconocimiento. El ayunante cuando ve que puede por un período determinado abandonar todas las necesidades del cuerpo y permanecer hambriento y sediento, sabe que es posible que renuncie a las cosas prohibidas. Así, las puertas de la piedad y la resistencia se abren y puede obligarse a realizar sus deberes y actos preferibles. Los beneficios físicos, morales y sociales del ayuno están en el camino de la piedad, como dice el Sagrado Corán: "¡Oh, los que creéis! Se os ha ordenado que ayunéis, de la misma manera que fue ordenado a quienes os precedieron. Quizás así seáis temerosos de Dios" (Sura la Vaca, 183)

El ayuno en el mes de Ramadán es una de las maravillosas enseñanzas del islam, que, con sus costumbres y condiciones especiales, además de sus beneficios espirituales y físicos, coloca al musulmán en una experiencia real de hambre y privación, por lo tanto, nace un sentido de empatía y entrega con el necesitado. Al Imam Hassan Askari (P), el undécimo Imam de los chiítas, se le preguntó: "¿Por qué el ayuno es obligatorio? Dijo: Para que los ricos se den cuenta del dolor del hambre y presten atención a los pobres" Hisham uno de los estudiantes y compañeros del Imam Sadegh (P) le preguntó el motivo del ayuno: "Dios hizo obligatorio el ayuno para que los ricos y pobres sean iguales, porque los ricos no han experimentado el sufrimiento y el hambre para así poder tener piedad con los pobres, siempre que ha querido algo ha tenido el poder de obtenerlo, Dios quiere crear unidad entre sus siervos. Dios quiso que los ricos sintieran hambre, y si fuera de otro modo, los ricos no tendrían piedad con los pobres y hambrientos".

Uno de los beneficios sociales del ayuno durante el mes sagrado de Ramadán es combatir la extravagancia y el consumo excesivo. El ayuno es una barrera contra la excentricidad evitando la discriminación y la división de clases económicas, porque a través de la generosidad y la limosna, nadie en la comunidad musulmana caerá jamás en la pobreza. El Príncipe de los Creyentes (P) dice: “La pobreza y la miseria son una muerte muy grande y trágica. Porque las dificultades de la muerte solo pasan una vez, pero las dificultades de la pobreza son innumerables. El ayuno es un deber que libera al musulmán de ahogarse en el materialismo y la codicia por los placeres materiales, lo aleja de la competencia por el consumo, le enseña a pensar en los demás y a controlar sus deseos mundanales, satisfacer lo necesario y evitar la extravagancia. El ayuno enseña al musulmán la satisfacción, el valor de estos atributos y su efecto en la creación como el ascetismo y el perdón. La satisfacción es autosuficiente y no da paso a la humillación, una sociedad que cultiva el espíritu de satisfacción será autosuficiente y puede valerse por sí misma evitando el consumo excesivo”

Una de las características del ayuno en Ramadán es la experiencia religiosa colectiva. Esta experiencia es la base de la religiosidad y no solo allana el camino para cambiar la actitud, sino que también mejora las relaciones sociales. Una de las dimensiones sociales más importantes del ayuno es el fortalecimiento de la justicia social; porque durante el Ramadán, las personas de todas las clases sociales experimentan la misma cantidad de privaciones en ciertos momentos del día, en tal medida que les recuerda a los ricos sobre los más necesitados de la sociedad, que tienen que soportar el hambre durante todo el año, lo que refuerza un sentido de altruismo y convergencia social. Una de las hermosas manifestaciones del mes sagrado de Ramadán son las mesas para el Iftar en mezquitas y lugares públicos. Los ricos y los pobres se sientan a una mesa e interrumpen su ayuno, después, realizan la oración comunitaria. El mes de Ramadán reúne a diferentes estratos sociales y los lleva a la cohesión social, por otro lado, aumentando la unión en organizaciones religiosas como las mezquitas.

Una de las funciones sociales del mes de Ramadán es fortalecer las normas morales y sociales. Ramadán proporciona una plataforma para aumentar los indicadores de honestidad, integridad y salud social. Esto fortalece a la comunidad y la confianza social entre los miembros de la familia y otras instituciones sociales. Durante el mes de Ramadán, muchas de las normas religiosas olvidadas, reviven y resurgen lentamente. El efecto más importante y hermoso de este mes es crear espacios colectivos y fortalecer así la conciencia social; ya que se forma una nueva atmósfera en la sociedad en la que se mejoran las relaciones de los individuos. Por ejemplo, cuando una persona se abstiene de actos moralmente incorrectos como la mentira y el hablar mal de los demás en su ausencia, el terreno para muchos de sus actos incorrectos posteriores se cierra y la atmósfera general se suaviza, creando una comunidad más saludable donde las acciones individuales favorecen a la sociedad.

En el Eid al-Fitr, vemos la manifestación del espíritu colectivo; la gente de la comunidad se reúne en un solo espacio después de un período de culto y celebra su victoria. De hecho, el Eid al-Fitr es una celebración del éxito de la comunidad en el cumplimiento de este deber devocional. El papel de la religión como factor unificador social en el ritual del ayuno es bastante evidente, por lo que en el mes de Ramadán la solidaridad social alcanza su nivel más alto.

Las sociedades industriales, a pesar del progreso material, a veces se sienten vacías e incluso sus pensadores reconocen el papel constructivo de la religión. Por ejemplo, el sociólogo francés August Kent cree que "la base del orden social y la unidad está en la religión". Desde la perspectiva de la patología social, si ponemos algunas teorías en el contexto del mes de Ramadán, se obtendrán resultados muy importantes. Durkheim, en su teoría del suicidio establece una conexión entre la solidaridad social y la tasa de suicidios y cree que cuanto mayor sea el nivel de apoyo y unidad de la sociedad, menor será la tasa de suicidios. Por lo tanto, dado que la solidaridad social alcanza su punto máximo durante el sagrado mes de Ramadán, la tasa de suicidios ciertamente disminuirá. Según los resultados de la investigación, con la llegada del mes sagrado del Ramadán, la tasa de delitos sociales se reduce significativamente. La raíz de esta reforma social debe buscarse en la tendencia de las personas en la sociedad a la espiritualidad. Esta gran solución espiritual puede ser la salida a otros problemas; de tal manera que, al explicar y difundir correctamente los temas religiosos, se puede luchar contra los males y los actos incorrectos.

En los países islámicos, con el inicio del mes de Ramadán, la mayoría de la gente decide no incurrir en conductas inmorales, por lo tanto, la tasa de criminalidad en este mes es menor que en otros meses del año. Durante este mes aumenta el nivel de autocontrol de los individuos, incluso de aquellos que tienen posibilidad para cometer actos delictivos, por lo que los sociólogos creen que este tipo de control puede afectar el comportamiento de las personas más que cualquier otro factor.

El ayuno en el sagrado mes de Ramadán es un ejercicio de adoración social. Por lo tanto, el ayuno, como otros actos de devoción, no solo tiene una función individual, sino que también provoca el desarrollo y crecimiento espiritual en la sociedad como la cohesión social y aumento del espíritu de cooperación, reducción de los delitos sociales, aumento de la seguridad individual y social, disminución de la brecha entre ricos y pobres, ayuda a los débiles y respeto a los derechos de los demás en los ámbitos económico, cultural, seguridad social e incluso moral.

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