En el páramo predomina la flora de tipo arbusto, vegetación baja y sin árboles, por eso también son llamados regiones de matorral de montaña.
En realidad, el bioma de los páramos, son regiones estratégicas por su altitud y climatología cuya función es la retención de aguas y la regulación hídrica durante todo el año. Son terrenos considerados como grandes reguladores del agua que permiten en épocas de sequía en los veranos que el agua retenida a esas altitudes sea aportada por escurrimiento y gradualmente a las tierras bajas, dado que en estas zonas son donde se generan los ríos, riachuelos, acueductos o quebradas.
En definitiva, son los que aportan el abastecimiento de agua para aquellas ciudades que se encuentran a unas altitudes inferiores.
Los más representativos – por ejemplo – son los páramos de los Andes del Norte en zonas de Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela; así como también los llamados páramos centroamericanos que abarcan zonas de Panamá y Costa Rica. La flora está constituida por gramíneas, vegetales perennes, plantas herbáceas, arbustos y árboles enanos, musgos, líquenes y ciertos pastos. Las hojas de estas plantas están tupidas con pelusas abrigadas y finas. Entre los animales se pueden localizar palomas, osos, venados, patos, anfibios, reptiles, roedores o aves. Que presentan un pelaje abundante para poder vivir ante las situaciones climatológicas frías durante el invierno.
La infancia en comunidades rurales quechuas de los andes se vive en forma diferente a los niños y niñas de la ciudad. Es importante resaltar que en las relaciones sociales, la integración a su sociedad se basa en la adquisición de su autonomía, la interiorización de saberes, destrezas sociales y culturales en la práctica de rituales basados en su propio calendario andino en concordancia con los momentos de la naturaleza que marcan la siembra y la cosecha, así como a los ritos del nacimiento y transición de la etapa de la niñez a la adolescencia con la consolidación de su participación social a partir de los 12 años. En este contexto de ruralidad se da paso a la iniciación de trabajos productivos como parte de la economía del hogar y de formación de la persona, el aprendizaje basado en la observación y colaboración en la comunidad, que se van generando y fortaleciendo a lo largo de su vida. Todo ello implica un conjunto de valores que van más allá de las necesidades de supervivencia familiar y que se relacionan con el desarrollo de un sentido de responsabilidad, identidad y pertenencia.
Escuela rural y cambio climático
Lamentablemente la escuela con un sistema de escolarización tradicionalista y con contenidos homogeneizantes, en el pasado no tomó en cuenta los saberes ancestrales y asimilaron muchas costumbres que estaban fuera de su realidad, que con el paso del tiempo significaron cambios de hábitos alimenticios, vestimenta autóctona, idioma y cosmovisión en el ámbito doméstico y comunitario. De igual sus tradiciones agrarias y cuidado del hábitat se vieron invadidas por sistemas nacionales reguladores.
Hoy la escuela también debe enfrentar el problema de la ganadería y la agricultura intensiva que están afectando extensiones considerables donde la intervención del hombre parece que no tiene límites, pues ya ha terminado con el 50% de los humedales que existían en los páramos y un 35% de las especies de agua dulce. Todo esto hace necesario que implicar a todos los actores sociales para cuidar lo que queda de los páramos, y evitar la degradación continua que están sufriendo los ecosistemas, que son verdaderos santuarios de vida.
Ante esta situación se han abierto espacios para vincular los estudios de las ciencias naturales con el objetivo de proteger el agua y del suelo; el intercambio de experiencias significativas para alimentar nuevos procesos de aprendizaje a través de proyectos de aula ligadas al entorno natural. Igualmente se destacó la importancia de la visibilizar e incorporar el conocimiento tradicional de los campesinos y campesinas asociado al páramo, sus recursos y prácticas en la educación escolar y construcción curricular.
En los últimos años se ha propuesto una escuela alternativa, con ánimo a proponer un acercamiento al ecosistema de páramo desde las escuelas, el proyecto Comunidades de los páramos adelantó un programa de construcción curricular pertinente al contexto con docentes de la escuela primaria que viven y trabajan en el área. Desde el enfoque metodológico de planes integrados de aula, se exploró la posibilidad de la integración de las áreas escolares bajo temas asociados al territorio, a la comunidad y al páramo. Este tipo de programas parten del reconocimiento de que los diferentes miembros de una comunidad tienen múltiples saberes producto de la interacción cotidiana con el territorio y son un importante insumo en los procesos de formación locales. Esta iniciativa invita a considerar la educación escolar como un espacio fundamental para construir conocimiento asociado al páramo y al cambio climático.
Ya se viene trabajando en el proyecto regional "Comunidades de los páramos" busca que fortalecer el aprendizaje, la colaboración y las capacidades de los actores locales y tomadores de decisión para implementar acciones de adaptación al Cambio Climático en los páramos de Colombia, Ecuador y Perú.
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