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Marina: Nacionalsionista y Negacionista

SegundoPaso ConoSur – La representante diplomática del sionismo en Chile, Marina Rosenberg, Argentina de nacimiento, de padres alemanes, inmigrantes en el país sudamericano y posteriormente ocupantes y colonos en tierras de la Palestina histórica, es candidata indiscutible para denunciar, por conductas negacionistas de los crímenes cometidos por el régimen israelí en esa tierra, que invaden y oprimen desde el año 1948, cuando fundan una entidad a punta de asesinatos y robos.

Menciono a esta mujer pues representa, actualmente, a la entidad sionista como embajadora en Chile, con la misión de vincularse con todas las distintas expresiones de la sociedad chilena, de tal forma de ayudar a la limpieza de imagen de su empleador. Esto, a través de una labor destinada a intensificar sus lazos con Latinoamérica y para ello ha elegido a Chile y a Colombia, como punta de lanza de esa penetración sionista. Una activista que se caracteriza por intervenir en la política chilena, violando las restricciones que deben tener los representantes diplomáticos, a la cual acuso de ser culpable del crimen de negacionismo. Y con ello no limito su libertad de expresión, sino que me remito a su decisión de desmentir los crímenes que comete su entidad adoptiva israelí contra el pueblo palestino, ya sea a través de sus viajes de relaciones públicas, como también a través de sus publicaciones en las redes sociales, tan provocativos como ignorantes. Eso no es libertad de expresión es simplemente hacer apología de los crímenes del régimen israelí.

Y hablo de crítica a ese oscurantismo y provocación, pues la representante sionista en Chile, con sus expresiones, desprecia y sobre todo viola, lo sostenido y comprobado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de sus resoluciones (1) y los estudios y determinaciones de sus instituciones como son el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cuyo Consejo Ejecutivo en julio del año 2016 señaló en una resolución, que no existe vínculo alguno entre el judaísmo y la explanada de las mezquitas, donde el mito sionista pretende ubicar un inexistente templo judío. Por su parte, la Unión Europea y sus organismos políticos, medios de Información, organizaciones defensoras de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional, B´TSelem (ONG israelí) como también historiadores israelíes, que a pesar de las presiones son capaces de sostener que la entidad israelí es un ocupante, un colonizador y comete crímenes de guerra y lesa humanidad.

Igualmente, para el organismo Amnistía Internacional (AI) y sólo con referencia a los últimos 50 años afirma que “A lo largo de medio siglo, la ocupación de Cisjordania, incluida Al Quds Este y la Franja de Gaza por el invasor sionista ha dado lugar a violaciones sistemáticas de derechos humanos contra su población palestina. Desde que comenzó la ocupación en junio de 1967, las implacables políticas israelíes de confiscación de tierras, asentamiento ilegal y desposesión, sumadas a la discriminación generalizada, han infligido un sufrimiento inmenso a la población palestina despojándola de sus derechos fundamentales” AI, como organismo defensor de los derechos humanos denuncia que “el régimen militar israelí altera la vida diaria de los Territorios Palestinos Ocupados en todos sus aspectos. Sigue afectando el cómo y cuándo los palestinos pueden — y si pueden — desplazarse al trabajo o a la escuela, viajar al extranjero, visitar a familiares, ganarse la vida, asistir a un acto de protesta y acceder a sus tierras de cultivo o incluso al suministro de electricidad o de agua potable. Todo ello implica sufrir humillación, miedo y represión a diario. En la práctica, el régimen racista israelí ha tomado como rehenes las vidas completas de estas personas. Además, ha adoptado un complejo entramado de leyes militares para reprimir la expresión del desacuerdo con sus políticas, y altos cargos públicos han tachado de “traidores” a los israelíes que abogan por los derechos de la población palestina”

El tema del uso de disciplinas como la arqueología es prueba evidente de la tergiversación de la historia, en fortalecer mitos fundacionales y si para ello sirve inventar restos arqueológicos, baños en mansiones ubicadas en Al Quds u otros menesteres entonces lo usan sin asco. Para los arqueólogos israelíes vinculados al sionismo como es el caso de Eilat Mazar “la Biblia es la fuente histórica más importante y por tanto merece una atención especial”. Para Abeer Zayaad, la única arqueóloga palestina trabajando en Jerusalén “esa perspectiva religiosa que la entidad israelí aplica a la arqueología es intolerable y representa la base de gran parte del argumentario con el que justifica su dominación en Jerusalén y en el resto de Cisjordania. La arqueología es una ciencia que depende del artefacto y de los restos arqueológicos, no de los mitos o la religión y lo que observamos es a un sionismo que ha utilizado la arqueología como una excusa para ocupar Palestina y controlarla, recurriendo constantemente a la justificación de los derechos históricos y las alegaciones sobre su existencia en esta tierra hace 3000 años. Su reclamación de Jerusalén como propiedad exclusiva, el establecimiento de una creación que denominaron Israel el año 1948 y la ocupación de todo el territorio de Palestina se basa en este mito y es la razón que ofrece a los países extranjeros, para presentarse como el propietario nativo de esta tierra y presentar a los palestinos como refugiados de otros países árabes, que pueden regresar en cualquier momento allí donde pertenecen”

Señalé con anterioridad, que Marina Rosenberg, en un acto que demuestra su absoluto desprecio por la realidad y parte de una estrategia de provocar al pueblo palestino y las leyes internacionales nos dice, en su red social de Twitter (2) que la ocupación y colonización de Palestina no existe a manos de extranjeros de origen europeo, que crearon artificialmente una entidad que denominaron Israel el año 1948. Rosenberg la porteña de origen, nos quiere hacer comulgar con ruedas de carreta y nos invita a aprender historia en base a la lectura de la Biblia. Llamado que nos hace cuestionar severamente el tipo de malla curricular que imparte la carrera de Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos en la Universidad Hebrea de la ciudad palestina de Al Quds (Jerusalén) donde estudió y más aún su maestría en Estudios de Diplomacia y Seguridad en la Universidad de Tel Aviv en los territorios de la Palestina histórica ocupada a partir del año 1948.

Si alguien nos llama a estudiar historia a partir de la Biblia y con ello justificar el expolio, el robo, la usurpación y los crímenes de la entidad a la que representa, lo mínimo que podemos pensar es que se trata de una fanática religiosa. Una persona a la cual sus estudios se le olvidaron en el trasiego de la hasbara o simplemente se trata de un guiño a ese mundo evangélico al cual desean tener como aliado a todas luces. Pero, lo más grave no es la barbarie  de este llamado, sino la conducta negacionista de una mujer que suele apelar al sufrimiento de su comunidad judía, del dichoso holocausto que tantos dividendos le ha traído a la entidad sionista y muy pocos a los familiares de las victimas como bien lo explicita el intelectual Norman Finkelstein en su libro “la industria del Holocausto” (3) judío él por lo demás de padres, que estuvieron prisioneros en campos de concentración como fueron Auschwitz y Majdanek.

Y hablo de gravedad, pues la citada embajadora con sus palabras y este nuevo invento de la arqueología sionista que sigue tratando de probar el carácter judío de una tierra que no lo es y no lo será, aunque gasten miles de millones de dólares en sionizar palestina, sostiene que no existe ocupación de palestina a contrapelo de todas las resoluciones internacionales del Consejo de seguridad de las naciones Unidas, de su Asamblea general, de la Unión Europea y sus opiniones. No existe más que su aliado incondicional y padre putativo Estados Unidos el único que acompaña a este ente criminal llamado Israel en su negación de la historia. Con esta acción, la representante sionista en Chile niega y hace apología de los crímenes de lesa humanidad que comte su empleador y con ello, qué duda cabe que minimiza las atrocidades, asesinatos, torturas, a la creación de campos de concentración como son Gaza y Cisjordania, la política de apartheid y la creación de una entidad segregacionista junto a acciones de genocidio físico y cultural cometidos contra el pueblo palestino.

Parafraseando la misma lógica de crítica al negacionismo, por los crímenes del nacionalsocialismo, que esgrimen los sionistas, nuestras sociedades deben exigir a la Sra. Rosemberg que no siga con su conducta ilegal. Al transmitir la historia de los crímenes, que comete Israel contra el pueblo palestino, develar la política genocida contra los palestinos, defendemos con ello los principios de la justicia. Al rechazar la lógica odiosa del nacionalsionismo y así desafiar a quienes nieguen la ocupación y colonización del territorio palestino o relativizan los crímenes, que por miles, comete el gobierno que representa esta cientista política, que nos llama a estudiar historia con la Biblia, lo que estamos haciendo es evitar que se siga perpetuando una política de crímenes y genocidio.

Países como Alemania, Austria, Francia o Polonia, entre otros y eso bien lo sabe la colona argentina en Palestina (porque suele recordar y hacerlo recordar permanentemente) imponen medidas punitivas a quienes nieguen los crímenes cometidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Entre esas víctimas los europeos de creencia judía. Para el politólogo alemán Rainer Huhle, del Centro de Derechos Humanos de Núremberg “La negación es más que una simple expresión de una opinión, sino que es un acto intencional de obstruir o perturbar el orden público, ofender o producir un daño a otros… Siempre hay que distinguir entre la defensa de opiniones, incluso de opiniones que parecen ofensivas, y un acto que se dirige a violar los derechos de otras personas, también protegidos por la ley y por los principios de los derechos humanos”

Por tanto, es absolutamente lógico que se castigue a personajes como esta Sra. Rosenberg pues sus opiniones no son simple libertad de expresión, sino que pretenden negar los crímenes cometidos por su entidad adoptiva a través de los crímenes de guerra y lesa humanidad que comete, a violación abierta del IV Convenio de Ginebra. Trastorna el orden público, insulta, es una afrenta y produce daño, dirigida a seguir violando los derechos de millones de personas, resguardadas por la ley y por los principios de los derechos humanos.  La Sra. Rosenberg es una negacionista y ante ese crimen debe responder. Esto, porque la negación del genocidio que se comete contra el pueblo palestino a través de una política de ocupación y colonización llevada a cabo por el sionismo debe ser considerada una incitación al odio y una ofensa a la dignidad de las víctimas de los crímenes cometidos por el régimen israelí que defino como una entidad nacionalsionista.

Pablo Jofré Leal

Artículo de SegundoPaso ConoSur

  1. Desde el año 1948, el Consejo de seguridad de las Naciones Unidas se ha ocupado de la situación en Asia Occidental y sobre todo lo relativo a la ocupación y colonización de Palestina en numerosas ocasiones. En este caso se dan algunas de esas resoluciones. https://www.un.org/unispal/es/data-collection/security-council/
  2. https://twitter.com/_MarinaRos?s=20
  3. Un interesante resumen del libro lo detalla la propia editorial (AKAL Ediciones) donde podemos encontrar en castellano este libro de Norman Finkelstein. https://www.akal.com/libro/la-industria-del-holocausto_34967/

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