Al escuchar el término ‘efecto mariposa’, muchos rememoramos la definición clásica que hemos escuchado desde la infancia: el aleteo de una mariposa en un punto del mundo puede causar una tormenta en otra parte del planeta. Normalmente la discusión se termina aquí, y el hablante y el oyente, después de este ejemplo placebo, pasan a otras discusiones. La verdad es que este ejemplo no se aleja de la explicación principal de Edward Lorenz, un matemático y meteorólogo estadounidense que es considerado uno de los pioneros de la ‘teoría del caos’.
El concepto ‘efecto mariposa’ fue discutido por primera vez en 1960 por Edward Lorenz, profesor de Meteorología en la Universidad de Massachusetts, que estudiaba los patrones climáticos. Lorenz descubrió que esta interpretación definitiva del universo no puede explicar la inexactitud de las evaluaciones humanas de los fenómenos físicos. Observó que las relaciones independientes de causa y efecto de la naturaleza son más complicadas por explorarlas. Probó un modelo, conforme al cual, si consideramos dos puntos de partida adyacentes, que muestran el estado actual del clima, se separarán después de un corto período de tiempo, y luego un área puede verse rodeada por tormentas severas y otra presentar un clima en calma.
Los estudiosos del clima de aquella época creían que, basándose en los datos meteorológicos históricos y al encontrar condiciones similares, podían augurar cómo iba a ser el clima en el futuro, pero Lorenz era escéptico al respecto. Ejecutó programas de computación para probar varias simulaciones climáticas. Descubrió que redondear un número de 506 127 a 506 en sus simulaciones cambiaba drásticamente el pronóstico meteorológico de dos meses. Quería demostrar que es casi imposible predecir el clima a largo plazo, y la razón principal para ello es que los seres humanos son incapaces de evaluar la enorme complejidad de la naturaleza, pues existen muchas variables menores que pueden jugar un papel importante en la creación de consecuencias mucho mayores.
La frase que Edward Lorenz usó al principio fue: “Un meteorólogo me dijo: ‘Si su teoría es correcta, incluso una vez que una gaviota agite sus alas en un punto del mundo, es posible que cambie el destino climático del planeta para siempre’”. Este discurso aún no es definitivo, pero las evidencias actuales están a favor de las gaviotas.
El caos es la ciencia de las sorpresas, las no linealidades y la imprevisibilidad. Esta ciencia nos enseña a esperar lo inesperado. La mayoría de las ciencias tradicionales, sin embargo, se ocupan de fenómenos aparentemente impredecibles, como la gravedad, la electricidad o las reacciones químicas. La ‘teoría del caos’ se ocupa de objetos no lineales, que son casi impredecibles o incontrolables, como las turbulencias, el clima, el mercado de valores, los estados del cerebro, etc.
“En nuestra investigación, prestamos más atención a uno de esos efectos indirectos y vimos cómo el clima futuro causaría lentamente que la mariposa y su planta huésped no coincidieran”. La mariposa se alimenta solo de una especie vegetal en particular cuando todavía es un gusano de seda; por lo tanto, esta nueva situación conducirá a un descenso de la población de esta especie”. Agrega: “Si pensamos en todas las demás especies de la cadena alimentaria, de repente nos damos cuenta de que existe la posibilidad de que muchas especies, no solo una especie de mariposa, se vean afectadas. Esta situación será realmente un ‘efecto mariposa’ a gran escala”.
“Por ejemplo, ¿Qué pasa con el animal que se alimenta de esa mariposa y los animales que se alimentan de esos animales, o incluso otras mariposas? Nuestro proyecto fue controlado de manera aproximada, porque las especies de mariposas que estamos considerando comen solo un tipo de planta, pero la lógica detrás de esto es cierta para todo el ecosistema”.
Cuando empezamos a pensar en cómo un pequeño cambio puede causar rápidamente consecuencias no deseadas, naturalmente nos preocupamos; por ejemplo, limitar la construcción de represas hidroeléctricas puede reducir ciertos tipos de daño ambiental, pero, a cambio de eliminar esta fuente limpia de energía, recurrimos a los combustibles fósiles, que aumentan el calentamiento global. El propósito del subsidio a los biocombustibles es reducir la dependencia de los combustibles fósiles, pero la destrucción de los bosques mediterráneos resulta en el desperdicio de agua dulce y el aumento de los precios de los alimentos, que afectan a los sectores más pobres de la población humana. ¿Cómo podemos hacer nuestro trabajo sin temor a dañar a los demás?
Alessandro Filazzola utiliza el ejemplo de las mariposas para responder a esta pregunta: “Quizás una mejor comprensión de los efectos indirectos es uno de los pasos más importantes para tratar de mitigar estos efectos”. En pocas palabras, preservar la naturaleza en su estado natural es lo más importante. Los ecosistemas son muy complejos y es posible que la ausencia de una especie no tenga un efecto directo, pero puede tener un efecto cascada en todo el sistema; "llevar lobos al parque Yellowstone, por ejemplo, aumentó la población de castores, sauces y abetos y proporcionó alimento para pájaros, coyotes y osos".
¿Qué papel puede jugar un ‘efecto mariposa’ en nuestras vidas personales? Con casi 8000 millones de personas en el planeta, ¿una persona puede hacer un cambio que se refleje en todo el mundo? Filazzola dice que también piensa en los efectos indirectos de sus acciones. “Creo que las cosas que compro, las personas con las que interactúo y las cosas que digo tienen sus propios efectos cascada, que fluyen en la sociedad. Por eso es importante que un ser humano se esfuerce por ser bueno y tener efectos positivos”.
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