publicado el: 10 noviembre 2021 - 22:44

Segundo Paso

La Endémica y Divisoria Trinchera Racial Norteamericana

La Gran Enfermedad Social de Estados Unidos El Racismo
La Endémica y Divisoria Trinchera Racial Norteamericana

Segundopaso - A pesar de que Estados Unidos pregona la libertad y la igualdad de la humanidad, su sociedad aun lleva en la sangre un virus mortal llamado Racismo, una enfermedad que aun perdura en las calles, escuelas y universidades Norteamericanas, veamos ahora cuales fueron los hechos mas importantes en la lucha contra el racismo.

Una de las grandes enfermedades sociales de nuestros tiempos es el racismo, doctrina que enfatiza por lo general, la superioridad de una raza sobre otra, o sobre grupos étnicos específicos. Esta definición al día de hoy, en pleno Siglo XXI, constituye una gran barrera para el propio desarrollo de las sociedades, contrapuesta a sanos acuerdos entre las naciones, y en definitiva, atentatoria a la consolidación de las civilizaciones, así como a los derechos humanos junto a la democracia.

Este fenómeno, que se suponía estar superado en la historia humana, echó raíces en Estados Unidos, país que presume estar en la cúspide del desarrollo, pero, que la hora de comparar sus orígenes fundacionales entre la época de Abraham Lincoln y la actualidad, no logra despegarse de los dejos racistas que preocupan a todo el mundo, y lo que es peor, escandalizan a la propia sociedad pública mundial, a partir de los atroces crímenes que tienen como víctimas a ciudadanos afrodescendientes, por lo general, a manos de las fuerzas policiales norteamericanas.

Como respaldo de esta insistente realidad de los Estados Unidos, se observa regularmente, el asesinato de ciudadanos norteamericanos afro-originarios a manos de policías blancos, quienes por lo general no deben enfrentar procesos judiciales para que respondan por las causas penales que ellos mismos abren, expedientes que solo residen en la memoria colectiva de los pueblos, y que forman parte de un decanato de impunidad en ese país.

En junio del presente 2021 se rememoró en Tulsa, Oklahoma, la masacre de 300 afroamericanos, arrasados de la peor forma por individuos blancos hace 100 años. Pero, esta conmemoración se produjo en el marco de la irreconciliable postura que se resiste a desaparecer del país. Es más, algunos legisladores republicanos se han dado a la tarea de aumentar la brecha racial, social y económica entre los ciudadanos blancos y los afroamericanos, por medio de enfoques discriminatorios, dados en la prohibición que buscan implantar en las escuelas públicas de la “teoría crítica de la raza”, que sostiene la importancia de examinar la historia de los Estados Unidos bajo una mirada crítica, para  contextualizar cómo el racismo ha afectado a su sociedad y a sus leyes domésticas. De hecho, la historia de los abusos policiales y de sus masacres discriminatorias contra ciudadanos afroamericanos es parte de este enfoque, respaldado por cifras, las cuales indican que ese sector tiene 2,5 veces más de probabilidades de ser asesinado que los blancos.

Pero, el historial de odio racial de esta sociedad no solo se compone de estadísticas, sino que posee  tradiciones que muestran una preocupante toxicidad. Existen otros expedientes, tales como el Caso Plessy contra Fergusson, inscrito en el paseo de la fama de los abusos norteamericanos contra sus propios connacionales. Este caso se vincula con una histórica decisión, adoptada en 1896, en que la Corte Suprema norteamericana confirmó, nada menos, que la constitucionalidad de la segregación racial, bajo la doctrina de “separados, pero iguales”.

Otro registro en este prontuario fue el caso del Linchamiento, método en el que muchos historiadores coinciden como un tipo de control social y racial, cuyo objetivo era aterrorizar a los afroamericanos para que terminaran sometiéndose y fueran etiquetados de nivel inferior, obligándolos a una suerte de “sub-humanidad”, y condujera a un trato inhumano.

Otro caso fue el de las leyes de Jim Crow, que fue un compilado judicial estatal y local para legalizar la segregación racial, el que respalda la teoría de la raza crítica. Similar línea motivó que desde el Congreso norteamericano los nexos con el Klu Klux Klan fueran condenados por diversas personalidades del país, y que han llevado a campañas para luchar contra los resabios racistas por el movimiento “Las Vidas Negras Importan”, en inglés “Black Lives Matter”.

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Finalmente, en la “Teoría de la raza crítica” el movimiento de derechos civiles aparece también en este tránsito. Dicho movimiento esgrimió la lucha social durante las décadas de 1950 y 1960, para que los ciudadanos afroamericanos tuvieran los mismos derechos civiles que el resto de la población.

De hecho, el movimiento de las “Vidas Negras Importan” sintoniza con la “teoría crítica de la raza”, al ser una pieza en este sistema racial que ha modelado la historia y la política de los Estados Unidos, y la ha catapultado hasta nuestros días de manera invariable, a tal punto que, actualmente, se encuentra en proceso una demanda contra el expresidente Donald Trump, contra su abogado Rudy Giuliani y contra dos grupos supremacistas blancos, por su responsabilidad en el asalto al Capitolio el 6 de enero, libelo interpuesto por la Asociación Nacional para el Avance de los Pueblos de Color, la entidad más grande por los derechos civiles de la población de afrodescendientes estadounidense, invocando para ello una ley para la protección de ese grupo específico aprobada tras el fin de la Guerra Civil de Estados Unidos, entre 1861 a 1865, y que también busca proteger a legisladores del Congreso frente a la violencia de grupos supremacistas blancos, como el Ku Klux Klan.

Sin embargo, los mismos legisladores republicanos buscan censurar que las escuelas públicas norteamericanas incorporen esta visión, es decir, la “teoría crítica de la raza”, bajo la premisa de que satanizaría a la población caucásica, al mostrarla como “intrínsecamente malvada”, según medios locales norteamericanos como WGN News. No obstante, la realidad muestra que las escuelas públicas no han incorporado la “teoría crítica de la raza”, al menos no oficialmente ni en sus currículos escolares, en tanto que algunos educadores están preocupados por eventuales limitaciones, es decir, que con esta censura se oculte un aspecto fundacional del idealismo norteamericano, negativo para la propia sociedad norteamericana y que pueda eternizar el racismo en el país.

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