publicado el: 14 noviembre 2021 - 09:28

Especial Segundo Paso

Agresiones Semanales Del Sionismo Israelí Contra Siria

El Régimen Sionista Israelí No Respeta Los Derechos Humanos del Pueblo Sirio
Agresiones Semanales Del Sionismo Israelí Contra Siria

Segundopaso - Todas las semanas, o casi semanalmente, Siria es víctima de agresiones bélicas perpetradas por el régimen israelí, las que ejecuta con misiles de gran poder explosivo, las que por su efecto benefician directamente a los grupúsculos terroristas wahabitas, que han estado desde el año 2011 en campaña para derrocar al Gobierno popular del presidente, Bashar Al Assad, y por este medio, instaurar un régimen proclive a los intereses de los israelíes y de los Estados Unidos, que son, principalmente, las entidades que están detrás de los silos de armas, explosivos y equipos electrónicos para su guerra contra la población siria.

Por lo general, las agencias de prensa occidentales acallan estos ataques o los minimizan, a objeto de invisibilizar esta dimensión militar que se desarrolla contra el país árabe en esta zona de Asia Occidental. No obstante, personeros internacionales como el embajador de Rusia ante Siria, Alexander Efímov, ha catalogado tales agresiones como “alarmantes”, siendo una amenaza directa para los civiles, en el entendido que muchos de estos golpes israelíes van dirigidos a los vuelos civiles que transitan zonas urbanas sirias, lo que redobla la peligrosidad, ante la desidia de la Organización de Naciones Unidas, que permanece impasible frente a estos acontecimientos.

Desde luego, tras todos estos hechos, el Gobierno advierte que se reservan el derecho de responder a estos continuos ataques militares, los que por lo general son lanzados por la aviación israelí, la que aprovecha los vuelos civiles de otras aeronaves para tratar de confundir los radares y emplearlos como escudos humanos, hecho que evidencia la naturaleza criminal, en el contexto más amplio, del régimen sionista de Israel, que emplea a civiles para sus actos ilegales o metas ilegítimas.

Los nexos entre el régimen israelí, y los terroristas que operan contra Siria, quedan expuesto mediante esta alianza espuria, que pese a llevar más de 10 años a la fecha, son tratados de minimizarse en los medios occidentales, pero quedan develados, al poner atención sobre las consecuencias de los mismos.

Al respecto, el Gobierno sirio, desde que se inició en su contra este escenario de guerra externa impuesta, viene denunciando que el régimen de Tel Aviv busca apoyar activamente a los extremistas takfiríes, sentido que se explica a través de la matriz ideológica de los wahabitas, que les ha llevado a reconocer al régimen sionista por algunas monarquías socias, el quid pro quo entre el sionismo y el wahabismo, cuyos intereses convergen en el terror, intereses económicos, y la búsqueda del poder ilimitado, donde la autodeterminación cultural debe ser exterminada, tanto en contra de Siria, Palestina, la República Islámica de Irán, o cualquier otro país que apoye la independencia de los pueblos, lejos de las lógicas económicas que impone Wall Street y sus agentes vestidos con camuflaje.

Robos de petróleo

Junto con la agresión militar a Siria, uno de los asuntos urgentes a los que se debe poner atención es el continuo robo de petróleo que sufre el país a manos de las tropas invasoras norteamericanas, de grupos pronorteamericanos o de los invasores turcos, agresiones que se suman a las sanciones económicas impulsadas por Washington, ya que Siria es una nación que no se ha sometido a la política estadounidense, la que se suma a la lista de aquellas que tampoco adscriben a las políticas económicas, tal como la República Islámica de Irán, Belarús, Venezuela, Cuba, Nicaragua y la RPD de Corea, sancionados, bloqueados y boicoteados por las visiones unilaterales totalitarias, que no aceptan la auténtica diversidad cultural ni el multilateralismo, como base civilizatoria para el desarrollo hacia la modernidad.

Como gran excusa de permanencia de las tropas norteamericanas en Siria, las que nunca fueron solicitadas por el Gobierno del presidente Assad, es la presencia de grupos extremistas enlazados al Daesh, los que sin embargo tienen su nacimiento en el mismo aparato de inteligencia de los Estados Unidos, siendo así la herramienta por excelencia para justificar esta invasión, la que también sirve para minar las bases de la propia economía siria, también en resistencia contra los elementos agresores, tanto en el plano interno como externo, a lo que se suma el régimen de sanciones unilaterales ilegales caprichosos del régimen de Joe Biden.

Según los análisis del caso, citados por medios como la Agencia Árabe Siria de Noticias, SANA, se prevé que las tropas norteamericanas tengan fecha de salida, sin embargo, necesitarán que sus socios políticos en el terreno lleven a cabo idéntico perfil de intervención en Siria, para lo cual poseen aliados como las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), grupúsculo antisirio, integrado por curdos separatistas de inspiración anarquista, los que también tienen redes de apoyo internacional de los círculos trostkistas.

Por otro lado, las agresiones turcas son insoslayables en este panorama, cuyo oportunismo ha abierto otro frente antisirio continuo. La invasión turca en territorio sirio obedece a los lineamientos solapados del gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan, la que deja pulsos de heridos y muertos del lado sirio, por lo general población civil en la zona norte y noreste sirio, y que en los próximos meses es posible que aumenten, debido a la posta que tomarían en algún momento de 2022 de mano de los norteamericanos, para ser sus agentes militares de continuidad, por lo que Turquía podría también aumentar sus guarniciones en el país árabe, dado el eventual fortalecimiento de los curdos armados por Washington, coyuntura que beneficiaría a los enemigos de Siria, como Estados Unidos y el régimen de Israel, sin que éstos tengan que enviar tropas directamente, pues les bastará estratégicamente el encono al que han empujado a Siria en su defensa contra los curdos pronorteamericanos, turcos y terroristas wahabíes.

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Otra de las tantas excusas de Turquía para invadir a Siria es, justamente, la presencia de las bases de los separatistas curdos en Siria, desde donde poder agredirlos. Sin embargo, para nadie es un misterio el tenor nacionalista turco y la inspiración que emana la figura del Imperio Otomano al régimen de Erdogan y sus aliados étnicos, emparentados con los jázaros, ancestros étnicos de los sionistas.

Pese a todos estos contratiempos, Siria regresa a la escena internacional como garante para la seguridad y estabilidad en El Líbano, lo que se refleja a partir de la respuesta de Damasco al informe del Consejo de Seguridad de la ONU que entregó el secretario general sobre El Líbano. Esta oportuna acción pondría freno a los intentos del Gobierno de Emmanuel Macron para hacerse con la soberanía libanesa, y de paso, beneficiar al régimen sionista para tratar destruir la resistencia del pueblo libanés, objetivo de la alianza sionista-francesa, en este caso.

Esto es parte del extenso panorama que afecta a Siria, que emerge pese a todas las agresiones semanales sionistas, de los ataques turcos, de la invasión norteamericana, de los grupos extremistas wahabitas financiados por los mismos estadounidenses, de los grupos proturcos y de las sanciones junto al bloqueo norteamericano y de sus satélites, así como de los eventuales nuevos golpes de Arabia Saudita y de sus acólitos takfiríes.

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