Mitos y realidades del Plan Andinia en el Siglo XXI

En términos simples, el Plan Andinia corresponde a la apropiación de extensas zonas, en el sur de las naciones mencionadas, particularmente en la Patagonia, a manos de elementos sionistas, repitiendo el caso de los invasores en toda Palestina, donde extensos territorios palestinos han sido despojados en favor de descendientes de europeos de religión judía, casi el 100% de ellos con troncos familiares étnicos a partir de un origen ancestral en Europa o Euroasia, nunca de palestinos semitas.

Tanto en Argentina como en Chile los círculos nacionalistas de ultraderecha, en los ámbitos nazis y filio fascistas, por años se ha mencionado el tema del Plan Andinia con gran fascinación, casi como una realidad, al grado de una consagración que no debería ser desmentida, a riesgo de transformarse en un elemento colaborador de la conspiración, o al menos como un eslabón para quienes estarían detrás de los hilos que moverían tal configuración geopolítica.

Sin embargo, la realidad política de la propensión de tales grupos hacia el sionismo, se manifiesta a través de sus alianzas estratégicas ideológicas, electorales o de consumo de bienes y productos, situándose como beneficiarios de la ideología supremacista ocupante de Palestina, pero, situados en Argentina o Chile.

A juicio del religioso de carrera, el sheij argentino, Mahmud Aid, director de la Mezquita El Mártir de la ciudad de Tucumán, el Plan Andinia se ha difuminado hasta trazarse la verdadera cortina de humo, configurada por los mismos sionistas para distraer a las fuerzas que les podrían denunciar, y en consecuencia, tomar cartas en el asunto. De esta forma, el sheij Aid manifiesta que los círculos nacionalistas y de ultraderecha han gastado mucho tiempo y nunca han pasado a una acción concreta para contrarrestar al sionismo, incluso, algunas familias ultranacionalistas en Argentina le han prestado mucha difusión al Plan Andinia, desgastándose, al grado de ver conspiraciones en todos lados.

Revisionismo

A estas alturas de los tiempos que corren, el Plan Andinia ha demostrado ser un distractivo eficaz para desviar la atención sobre los verdaderos actos que comete el propio sionismo, tanto en Palestina, como en el lobby que ejerce sobre los gobiernos argentino y chileno, marcándose fuertemente la diferencia entre judaísmo y sionismo; la primera, una religión monoteísta, y la segunda, una ideología que se trasviste a partir de principios judíos para crear confusión.

El Sheij Mahmud Aid plantea, además, que el sionismo busca crear focos de control económico, político, de información y del ámbito de la salud, mientras que los casos de Tompkins, y Benneton, entre otros, son parte de los siervos útiles al propio imperialismo norteamericano, que buscan provocar división en los Estados para salvaguardar la agenda imperialista, en pro del poder económico en el continente.

Los inmensos recursos naturales de estos países son la meta de los sionistas israelíes y de sus asesores, y esto ha venido siendo así desde la usurpación de Palestina con la implantación del régimen sionista de Israel en 1948, intensificado o agravado en los gobiernos de Carlos Menem en Argentina o de Patricio Aylwin en Chile. Sin embargo, con los regímenes militares, los planes del sionismo han sido ejecutados sin obstáculo alguno, pues no se puede limitar esta influencia a un sólo periodo. De acuerdo con el sheij Aid, esto se evidencia a través de la presencia de los sionistas en los Ejecutivos de los gobiernos nacionales, así como en muchos gobiernos provinciales, ya que los mercenarios políticos de los sionistas buscan influir en distintos sectores, y en diferentes provincias claves del país como Tucumán, Córdoba o Buenos Aires, al quedar integrados sus gobiernos locales en ese circuito, en los que se han incrementado la presencia de sus agentes a través de centros religiosos, sociales, políticos, culturales y deportivos.

En cuanto a las influencias de los sionistas en algunos sectores de pueblos originarios, como el mapuche de Argentina, las mismas terminan por destruir las luchas y reivindicaciones, como resultado del apoyo en los sionistas ingleses, así como otros personajes de la sociedad argentina, que tienen iguales influencias de los sionistas, como Juan Manzur, actual jefe de Gabinete de Ministros de la Nación y Gobernador de la provincia de Tucumán en uso de Licencia, bajo la presidencia de Alberto Fernández, quien es funcional al lobby sionista en su país.