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Ucrania: el neofascismo contra Rusia

Segundo Paso para Nuestra América.- La narrativa mediática internacional que regenta el bloque de poder de occidente insiste en manipular la realidad de las actuaciones de Rusia en su campaña para salvaguardar las fronteras de la nación euroasiática y proteger el equilibrio que el orden internacional exige. En ese sentido, la situación ha desbordado en un conflicto bélico con impacto en la configuración multiétnica de Ucrania. Motivo por el cual el gigante euroasiático mueve sus tropas sobre objetivos militares y en protección de la población de la región de Donetsk.

Introducción

Contrario a las opiniones del aquelarre mediático que insiste en la narrativa que presenta a Rusia como el gran agresor que toma impunemente a Ucrania por asalto; la realidad nos plantea, que el ataque es de Occidente contra el gigante euroasiático, toda vez que este, no solo logro superar las contradicciones políticas, económicas y sociales que se derivaron a partir de la caída del muro de Berlín y la devastación que el ex bloque experimentó, sino que, reconstruyó, un Estado y un Gobierno, fuerte, consustanciado con su pueblo.

En esa razón principal del conflicto que plantean EEUU, la UE y UK es detener el avance de Rusia y su liderazgo a la cabeza de Eurasia, ya que Rusia viene creciendo exponencialmente en el orden interno y en lo estratégico comercial, allende sus fronteras, con una política exterior centrada dentro de los preceptos de la multipolaridad, la solidaridad y la complementariedad, quen a la autodeterminación y no impone ninguna ideología, ni dogma a quienes con ella se relacionan.

Hegemonía Vs Multipolaridad

En ese orden de ideas, es evidente el temor de los derruidos imperios occidentales ante la pérdida del poder planetario y el surgimiento de nuevos bloques geopolíticos y geoeconómicos. Solo imaginemos: si la Rusia actual establece el libre comercio con China e India, prescindiendo del dólar como moneda de cambio, ello significaría que dos tercios de la población del planeta, dejaría de tributar al Departamento del Tesoro norteamericano, lo que implica que la monedita fiduciaria del Tío Sam, pasaría al gavión de los recuerdos, para no decir al olvido.

Ese es el meollo del asunto. Por esa razón, la OTAN intenta avanzar sobre Rusia, mientras las garras de los imperios occidentales tratan de provocar conflictos en Taiwán, Hong Kong, el Tíbet, Corea del Norte, América Latinocaribeña y todas aquellas regiones que no se les subordinen y sus políticas exteriores estén enmarcadas en el desarrollo de la multipolaridad y la autodeterminación.

En ese sentido, es importante destacar, que toda guerra es una desgracia y una sola muerte humana es demasiado. De allí que la paz sea el camino: la posición subversiva más elaborada de quienes apostamos por la vida, y sin evadir las consecuencias, enfrentamos a los depredadores de sueños en todos los terrenos que planteen.

En consecuencia, es necesario entender que lo que sucede entre Ucrania y Rusia no es un juego de fútbol, como lo han querido presentar las maquinarias de la desinformación al servicio del imperio; ni hay razones mediáticas con las que se puedan banalizar los daños colaterales que les están causando a los pobladores del Donbás y demás rusos que viven en Ucrania. Y menos aún, que pueda ocultar la letalidad de las fuerzas mercenarias, contratistas de seguridad nazi-fascistas intoxicados de odio y demás fuerzas irregulares armadas con el apoyo de occidente. Ello, sumado a la praxis nazista de los líderes ucranianos y los sostenidos ataques contra la población de origen y/o cultura rusa de la región, deja al desnudo las crueldades que occidente está aplicando en este conflicto.

Allí está en marcha el desarrollo de un plan hegemónico occidental, cuyo objetivo es, por un lado, detener el surgimiento y avance de los nuevos bloques de poder y por el otro, lograr, a cualquier costo, el reposicionamiento planetario de occidente sobre todo el planeta con el fin de solventar la profunda crisis que está viviendo, la cual tiende a agravarse, según los indicadores económicos por ellos publicados.

La bestia está herida

Es evidente que la bestia está herida, enferma y en desespero. Por eso, por un lado, plantea la guerra en Eurasia e incentiva el caos sin éxitos en China, provocando movimientos secesionistas en Taiwán, Hong Kong y el Tíbet, a la vez que mantiene bajo asedio y bloqueo a Cuba, Nicaragua y Venezuela; y por el otro, negocia bajo la mesa para satisfacer su insaciable consumo de energías, drogas, alimentos y mercaderías. Un doble discurso-praxis con el que mueve todo el tablero sin ceder en sus ambiciones de dominación.

Según el Banco Mundial, la guerra en Ucrania no podría haber llegado en un peor momento para la economía del planeta, ya que la recuperación de la contracción causada por la pandemia todavía no cede, la inflación está aumentando, los bancos centrales del mundo (léase occidente y sus aliados) se están preparando para subir las tasas de interés y los mercados financieros no soportan los altibajos en medio de una enorme cantidad de incertidumbres agravadas por la guerra.

Un escenario que se particulariza por devolver con el doble de su fuerza a los patrocinadores de la guerra las consecuencias, perjudicando a las personas más vulnerables en los lugares más frágiles y en las derruidas economías de los imperios en decadencia, derrumbando sus aparatos económicos y profundizando las recurrentes crisis.

En ese orden de ideas, la crisis provocada por la OTAN y sus aliados desde el territorio de Ucrania está haciendo más difícil la recuperación de las economías de quienes apuestan a la guerra para elevar los indicadores económicos perdidos, ya que las perturbaciones en el comercio, las turbulencias financieras, las remesas y la huida de refugiados ponen en riesgo de quiebra a las naciones intervinientes.

Según los partes de guerra, desde que comenzó el conflicto de occidente contra Rusia a través de Ucrania, más de 2.000.000 de personas han huido de las zonas de combate a las naciones vecinas, produciéndose la mayor migración masiva en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. A ello se le suman las migraciones provenientes del Cáucaso y el Asia occidental, donde no por casualidad, han intervenido los mismos actores que hoy están presente en Ucrania.

En términos concretos, la agresión contra Rusia está revelando, por un lado, las contradicciones propias del surgimiento de una nueva era y un nuevo orden internacional; y por el otro, la praxis de la crueldad como elemento que amalgama a enemigos históricos, en este caso: el sionismo, directamente, y el neonazismo contra el progresismo y el fortalecimiento de los nuevos bloques contrahegemónicos, antiimperialistas y plurales.

Desde el Gobierno y el pueblo de Venezuela, nuestra apuesta es por la paz y la resolución de todos los conflictos por la vía diplomática. De allí que la Cancillería de la República Bolivariana está muy clara en su accionar y el presidente Nicolás Maduro lo conduzca con destreza y maestría.

 

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Dr. (PhD) Ángel Rafael Tortolero Leal

Profesor Investigador Titular en la UNERG. Diplomático, Jefe de Misión en Israel y Palestina y Ex Embajador en la República de Chipre. Analista Internacional. Miembro del Centro de Estudios Socialistas Jorge Rodríguez. Director de la Internacional Bolivariana y Miembro de la Línea de Investigación “Políticas Públicas y Pensamiento Contra Hegemónico”. Profesor del Postdoctorado en Geopolítica Disruptiva. Militante del PSUV.

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