EconomíaPolítica

El Negocio Millonario de las Mascotas

 

Segundopaso – Resulta increíble aceptar, que pese a los históricos problemas socio económicos de Latinoamérica y de sostener la existencia de una aguda crisis post pandemia de coronavirus, se hable del boom de la industria de mascotas, que se hace evidente en el movimiento millonario de los grandes comercios a nivel internacional, que han aprovechado el impulso que la pandemia dio a este negocio, en pleno crecimiento que no se detiene frente a ninguna circunstancia económica.

En los últimos años, las mascotas se han convertido en uno de los protagonistas de la vida familiar y ha significado un alto crecimiento, sobre todo de población canina, en casi todas las capitales latinoamericanas; además, del auge de instituciones que albergan animales y campañas para su adopción, bajo la premisa de los defender los “derechos de los animales.” Pero lo que está detrás son grandes empresas que ofertan toda una línea especializada de atención a la mascota, que van desde los alimentos balanceados, servicios veterinarios, peluquería, hospedaje, vestuario, juguetes, accesorios y hasta ceremonias de cumpleaños, que están listas para aprovechar las oportunidades de este mercado y que mueven grandes sumas tanto en la venta física, como en el comercio electrónico.

Por ejemplo, la empresa Petco proveniente de Estados Unidos, abrió su primera sucursal en México el 24 de enero de 2013. “El desempeño de Petco fue excepcional durante 2020, con crecimientos en ventas de más del 30% en tiendas físicas y más del 100% en el comercio digital”. La familia Losada, accionista mayoritaria, de grupo de alianza, se ubica en la posición 28 de la “Lista de millonarios 2021” de Forbes México, con una fortuna estimada en 1,040 millones de dólares. “De 2019 a 2020, cuadruplicamos el número de usuarios en la categoría de animales”. Es una industria que crece mucho, y cada vez adoptamos más a los ‘perrhijos’; los vemos como parte de la familia”. Afirmó el vocero de la empresa.

La firma presenció cómo los consumidores migraron de las ventas físicas hacia el comercio electrónico, en época de pandemia, ya que fueron consideradas entre las que realizaban “actividades esenciales”. El valor estimado que alcanzarían las ventas de la industria pet care o de cuidado de mascotas en México durante 2021 fue de 2,455 millones de dólares, lo cual representa un crecimiento significativo, con un crecimiento de 47.5% respecto al 2016Esto demuestra la clara injerencia de Estados Unidos principalmente, en este tipo de “negocios” que no solo afirman la dependencia económica sino también cultural…

No está claro cuándo comenzó el ser humano a demostrar el gusto por los animales independientemente del afán utilitario que lo hace a partir de la domesticación de animales. Se sabe que, hace miles de años, nuestros antepasados probablemente solían tener lobos alrededor, posiblemente los capturaban jóvenes, los domesticaban y vieron que eran útiles para la caza. Esto pudo haber empezado hace 27.000 años, de acuerdo a estudios realizados.

Desde entonces los humanos han querido rodearse de perros, gatos u otros animales. Que hoy se ha convertido en una práctica común en muchas culturas, a pesar de que resulta una actividad costosa, la voluntad de adoptar un animal crece, sin observar muchas veces la gran responsabilidad que representa, pues necesitan básicamente alimentación, atención sanitaria y un lugar para vivir. Las mascotas cumplen la función de “animal de compañía”, pero, cuidar de ellos consume mucho tiempo y dinero, lo que constituye este único beneficio (en solitario), a diferencia y excepción de los perros guardianes o guía, que cumplen otras funciones importantes.

¿Por qué gastar tanto en mascotas? Son varias las razones con las que se ha tratado de explicar el fenómeno:

Durante décadas prevaleció la visión de que, además de compañía, los animales domésticos proveían de beneficios para la salud. Se decía que tener una mascota mejoraba el bienestar psicológico, incluso que podían hacer que sus amos vivieran más. Sin embargo, el resultado los estudios al respecto demuestran lo contrario. Aunque estos supuestos beneficios han sido ampliamente desacreditados se han perpetuado en el imaginario social, lo expresó John Bradshaw, de la Escuela de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Bristol, en Reino Unido. “La gente no vive más si tiene mascota. Ese argumento ya se desechó”, remarca.

Mientras algunos demostraron que las mascotas mejoran algunos aspectos de la salud, otros, más recientes, concluyeron que pueden provocar lo contrario. Por ejemplo, una investigación halló que los dueños de mascotas tienden a tener más problemas de salud mental y a sufrir mayores niveles de depresión que aquellos que no las tienen. Y otra sugiere que la felicidad de aquellos que tienen animales en casa no es mayor que la de los que no cuentan con un animal de compañía, pues terminan cansados de la limpieza del hogar y de zonas verdes de parques públicos.

Aunque la tenencia de estos animales proporcione un cierto entretenimiento y distracción los cuidados son más demandantes y terminan por ser descuidadas en su propia vivienda, encerrados a veces expuestos al hambre, excesivo frío o calor, creándose situaciones de maltrato que van en contra de los derechos básicos de los animales y finalmente abandonados por su propio dueño. Compartir la vida con un animal pudo haber sido útil en el pasado, la realidad de hoy, es que la vida moderna no lo permite y termina siendo una causa más de estrés; sin enumerar la transmisión de enfermedades infecciosas y alergias al ser humano, que complican las mutaciones del mismo Covid19.

 

Miles de personas las tienen y las consideran “parte de la familia”, ya que literalmente no se puede esperar que una mascota una correspondencia material. Sin embargo, otras teorías sociológicas que sugieren que tener un perro como mascota es una “señal honesta” del dinero que tiene su propietario. Esto es, significa que tiene suficientes recursos extra para cuidar de un animal. La mascota en sí, representa un estatus, relacionado a una cierta posición y prestigio social, que implica la capacidad de poseer y mantener un X número de ejemplares, de determinada raza y sus peculiaridades, siendo parte de un estilo de vida, real o imaginario.

Además, la cultura también juega un papel en esto. No todas las sociedades tienen mascotas. Harold Herzog, de la Universidad de Carolina del Sur, en Estados Unidos dice que estas diferencias muestran que la tenencia de mascotas es puramente cultural. Simplemente las tenemos porque otros las tienen, porque es “socialmente contagioso” y estamos predispuestos a que nos atraiga lo animado. explicó Herzog ante una multitudinaria audiencia durante la convención anual de la Asociación para la Ciencia Psicológica en Nueva York.

La conclusión es que tener mascota es el resultado de las claves sociales aprendidas de otros. En otras palabras, es una moda, una tendencia que se refuerza constantemente debido a su propia popularidad, incluso impuestas por determinadas razas y eventos dirigidas a enriquecer una élite empresarial.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button