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Parto ancestral como alternativa de salud

Segundopaso – Los pueblos indígenas tienen sus propios enfoques y concepciones de salud y enfermedad, por lo tanto, tienen su propia medicina, basada en conocimientos ancestrales que aplican en su tipo de alimentación, uso de plantas medicinales y otros elementos naturales, Estos métodos holísticos, muchas veces entran en desencuentro y contradicción con la medicina oficial, donde ésta última sobrepone su visión hegemónica a los saberes médicos indígenas, impactando de manera negativa en la medicina nativa y prácticas en la salud de la comunidad.

El embarazo, el parto y el puerperio en las mujeres indígenas son procesos de relevancia social y cultural, ya que todas las sociedades moldean el comportamiento reproductivo de diversas formas. Por lo que los diversos pueblos indígenas en el ámbito de la salud sexual y reproductiva mantienen creencias y tradiciones que incluyen recomendaciones sobre este ámbito, así como diversas normas y cuidados para cada periodo del ciclo vital. Pero durante décadas, muchas mujeres indígenas han sido víctimas de criminalización debido a su práctica ancestral, quienes han sido vistas por las autoridades municipales como un “peligro” para la salud materna, y como figuras externas al sistema institucionalizado, lo que ha afectado en la disminución del número de atenciones que brindaban en su sector.

El reto de las mujeres indígenas frente al modelo de medicina oficial ha sido alternar los beneficios biológicos de la medicina del Estado con sus prácticas culturales donde han debido reconstruir un mundo de significaciones para adaptar su mundo cultural a un nuevo espacio, que es ajeno, como la sala de un hospital, rodeada de desconocidos como lo es el personal médico, con todos los procedimientos y tecnologías médicas que muchas veces implicaba violencia obstétrica y racismo durante la atención del embarazo y el parto.

En el proceso de universalización del sistema sanitario, por mucho tiempo se marginó las prácticas indignas, con la consecuente pérdida cultural y del patrimonio ancestral; la reticencia de las autoridades a permitir el trabajo de las parteras ha tenido como consecuencia la casi extinción de sus conocimientos y la partería como profesión estuvo a punto de desaparecer. La atención deficiente a la mujer indígena en los centros de Salud, que en muchos casos han terminado en cesárea dejando graves secuelas en las madres. Solo en Perú, la proporción de nacimientos por cesárea en áreas rurales creció de 3.7% en el 2000 a 15,7% en 2018. Asimismo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, a nivel mundial, la tasa de cesárea supera el ideal, solo en las Américas, es del 38,9% en promedio.

Hoy en muchos países de la región andina existen programas de capacitación y certificación de mujeres parteras en el área de obstetricia, con importantes avances en las experiencias del parto intercultural que vienen a rescatar conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas en directo beneficio a la salud de la mujer. En algunos Ministerios de Salud ya se habla de una Política Sectorial de Salud Intercultural, en la que se articula la medicina indígena y de la medicina convencional, aunque esto aún no es una realidad en muchos sectores principalmente rurales y campesinos.

En este ámbito las líneas de acción se han dirigido a diversas actividades tales como: talleres y capacitaciones a funcionarios de la salud con facilitadores interculturales en temáticas de medicina indígena, cultura indígena, interculturalidad en salud, políticas de salud y pueblos indígenas, además de la adquisición de implementos y material de trabajo en temáticas adecuadas a cada realidad, además de desarrollo de pasantías y diálogos académicos.  Estas iniciativas han constituido un apoyo en el concepto de salud intercultural donde se busca fundamentalmente la ampliación del acceso físico de las comunidades a estos servicios con la recuperación y reconocimiento de la medicina indígena.

Un ejemplo es el Programa de parto intercultural que ha empezado a funcionar en red con los consultorios de la provincia de Iquique. Después de meses en su etapa piloto el Proyecto de atención intercultural fue validado por el Servicio de Salud de Iquique para funcionar de manera permanente y retomar el parto intercultural en el hospital general con el mejoramiento de sus instalaciones, adecuación de protocolos de atención a mujeres embarazadas, regulación y coordinación con el apoyo de parteras ya profesionalizadas.

En ello se ha habilitado salas similares a un hogar aymara en el Hospital de Iquique, ambientada culturalmente con una cama de madera cubierta de mantas aymara, luz tenue, calefacción y una silla en forma de U para partos verticales. En el proceso de reactivación de este modelo se retomó el proceso de difusión de la atención en consultorios rurales para la atención del Parto, que no solo se dirige a la mujer aymara sino también a toda mujer que desee tener un parto natural en compañía de su familia. En este proceso del parto es relevante que a las mujeres no se les aplique procedimientos de rutina propios de maternidades, a no ser que sea estrictamente necesario, donde la atención de la partera aymara se dirige a apoyar a la mujer en el trabajo de parto con masajes, compresas tibias e infusiones.

Fondo de Población de las Naciones Unidas ha declarado que casi un millón de nuevas parteras se necesitan en el mundo para la atención de maternidad, sobre todo en países del Sur, específicamente para atender necesidades de salud materna y neonatal en esta década.

La vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, dijo al presentar el informe que “las matronas han pasado a desempeñar un papel más imprescindible para satisfacer las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres y las adolescentes” como una consecuencia de las restricciones relacionadas con la covid-19 y la saturación de los sistemas de salud ante la pandemia. Cada día se producen aproximadamente 810 muertes maternas, un mortinato (bebé que muere en el útero durante las últimas 20 semanas de embarazo) cada 16 segundos, 2,4 millones de muertes neonatales cada año, y una de cada cinco mujeres da a luz sin contar con la asistencia de un proveedor sanitario competente. Ante esto, una gran alternativa es la atención de las parteras.

MT


Partería Tradicional: Una práctica ancestral en peligro de extinción

https://www.servindi.org/actualidad/31010

Casi un millón de nuevas parteras se necesitan en el mundo

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