publicado el: 19 julio 2022 - 00:38

Segundo Paso

El Astroturismo en Latinoamérica

Una Extraordinaria Aventura Conociento a los Astros
El Astroturismo en Latinoamérica

En América Latina también se pueden encontrar lugares únicos para realizar astroturismo, disfrutar de la contemplación del cielo estrellado y conocer los misterios de la astronomía, sin temor a la contaminación lumínica, y que disponen de las herramientas necesarias para que el viaje se convierta en una experiencia inolvidable.

Estos son los principales destinos de turismo estelar que no te puedes perder en esta zona del planeta:

Chile cuenta con uno de los mejores cielos del mundo para observar las estrellas, lo que le ha llevado a convertirse en una de las visitas obligadas para los astroturistas de cualquier nacionalidad. De hecho, el país cuenta con un plan estratégico de astroturismo para garantizar la excelencia de su oferta en este ámbito, y concentra cerca del 40% de la infraestructura mundial necesaria para contemplar el cielo.

Son varios los observatorios emblemáticos de Chile que aumentan la sensación de casi tocar el firmamento. Entre ellos destaca el Observatorio Mamalluca , en el valle de Elqui . La visita al interior del observatorio dura unas dos horas y la experiencia resulta muy sensorial gracias al uso de nuevas tecnologías.

La región de Antofagasta concentra alguno de los proyectos astronómicos más importantes del mundo, como el observatorio Alma y el E-Elt. Precisamente en esta región se localiza San Pedro de Atacama, donde existen numerosos guías nativos que conducen al viajero hasta los rincones más bellos del desierto de Atacama para disfrutar de las estrellas en un escenario mágico donde se alternan valles, termas y géiseres.

En Centroamérica, México es probablemente el país con más variedad para disfrutar del astroturismo . Entre algunas de las citas obligadas destaca, por ejemplo, el Parque Nacional San Pedro Mártir , en Baja California, ya que a 2.800 metros sobre el nivel del mar sobresale el Observatorio Astronómico Nacional , ideal para aprender sobre astrología. Sin embargo, la experiencia más emocionante es la de acampar en sus alrededores y disfrutar de la noche mirando la luna y las estrellas en compañía de los astrónomos e investigadores, que se cambiará en guías de excepción.

Tampoco defraudará el Parque Nacional Pico de Orizaba, en el volcán Sierra Negra, pues se sitúa a la nada desdeñable altura de 4.581 metros. El gran cráter apagado del volcán se convierte en un escenario único para contemplar el firmamento, mientras que en Puebla es posible aprovechar las características técnicas del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, el más grande de Latinoamérica, que permite observar al detalle la galaxia.

En Argentina el astroturismo tiene nombre propio, y se trata de Mendoza, ya que es esta región la que concentra una mayor oferta de aviones para disfrutar de esta experiencia. Aunque la provincia de Mendoza es mundialmente conocida por sus viñedos, también puede presumir de tener un cielo totalmente despejado y muy oscuro, lo que hace las delicias de quien lo mira con un buen telescopio. De hecho, aquí se encuentra el Observatorio Pierre Auger, situado al sur de la provincia, y es posible realizar visitas guiadas por el observatorio, además de disfrutar de espectáculos que intentan explicar qué son los agujeros negros o los rayos cósmicos. Los más aventureros pueden también salir al exterior con un buen telescopio, y realizar una ruta a pie para dejarse embelesar por el manto de estrellas que parecen encontrarse con un palmo de la mano.

Otra buena opción es la del norte del país, ya que en la provincia de Tucumán se alza el observatorio astronómico de Ampimpa, a 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar, con una vista privilegiada de los valles que lo rodean. Aquí el cielo está despejado prácticamente todos los días del año y lo más aconsejable es dormir o acampar en sus alrededores.

Costa Rica cuenta con un área total de 9529 km2 y más de 700 kilómetros de costa, la provincia de Guanacaste que comprende la costa pacífica, desde el límite con Nicaragua hasta la desembocadura del Río Bongo en la península de Nicoya. Este territorio alberga una importante porción del patrimonio natural y cultural costarricense, además de uno de los mejores cielos nocturnos para ver las estrellas en Latinoamérica.

Por su parte en Colombia destaca el espectacular Desierto de la Tatacoa. Este mágico rincón de sobrecogedora belleza se sitúa en el departamento del Huila y posee uno de los cielos más limpios del mundo. La observación de estrellas en este exótico paisaje, plagado de extrañas formaciones de arena que le harán recordar la superficie del planeta Marte, y con su silencio sobrecogedor, es una experiencia que los amantes del astroturismo no se pueden perder.

En Perú, situado a los pies de los Andes y no muy lejos de Cusco, se encuentra el Valle Sagrado de los Incas, un lugar místico donde se forjó la leyenda sobre los orígenes del pueblo Inca. su relación con los astros está presente todavía hoy en los pintorescos pueblos andinos.

Otro lugar imprescindible para hacer astroturismo en Latinoamérica está en el sur de Ecuador. A casi 4.000 metros de altura, el Parque Nacional Cajas es un enclave de exuberante belleza natural. Sus famosas lagunas y bosques, con especies endémicas de plantas y animales, sólo son comparables con sus limpios cielos oscuros. Su particular geología forma “cajas” en las que se localizan las más de 235 lagunas que hay en este parque, reserva de la Biosfera.

La aventura de viajar no consiste únicamente en visitar monumentos, adentrarse en museos, recorrer calles históricas, comer en los mejores restaurantes o pasear por entornos naturales de excepcional belleza. Viajar también permite quedarse extasiado con algo en lo que no nos hemos fijado nunca, a pesar de que nos acompaña de forma sistemática en nuestro día a día, tal y como sucede con el firmamento. Y eso es precisamente lo que nos brinda el astroturismo o turismo estelar, una nueva forma de recorrer mundo que propone al viajero sorprenderse a través de la mágica contemplación del cielo, descubriendo estrellas, planetas y constelaciones de una forma única, gracias a herramientas de máxima calidad con las que experimentaremos la sensación de casi tocarlos.

Se trata de un tipo de turismo que, aunque se puede practicar a cualquier edad, reúne una serie de características que lo hacen ideal para las personas mayores que les gusta contemplar el cielo, sin prisas, sin ruidos, sin interrupciones, dejando escapar por unos instantes los pensamientos que agitan la mente constantemente…

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