- Contar con estándares insuperables
Las chicas que no quieren casarse a menudo es porque han establecido criterios casi insuperables a la hora de elegir a su cónyuge. Dichos criterios en la elección de un futuro cónyuge pueden ser la razón de dicha soledad, y por ello sus exigencias no deben ser ajenas a la lógica.
- Demasiado amor por el trabajo
Un problema evidente en las sociedades actuales es que las jóvenes están tan inmersas en las relaciones laborales que no pueden imaginarse en una vida emocional, o imaginar su futuro junto con una persona.
- Relacionarse con los amigos les es suficiente
Algunas chicas no viven ni un momento sin sus amigos, y en este caso, el matrimonio significa una limitación. Estas chicas tienen diferentes grupos de amigos a su alrededor y la soledad no tiene sentido para ellas.
- Les esperan mejores puestos
A veces las chicas solteras piensan que una respuesta positiva a una opción implica una respuesta negativa al resto de las opciones, y por ello no se conforman con tomar una decisión. Tal vez piensan que siempre se les presentarán mejores oportunidades y que se merecen más de lo que se les ha ofrecido hasta ahora.
- Educación continua en niveles superiores
Uno de los principales obstáculos que se interponen en el camino del matrimonio para muchos jóvenes es la continuación de la educación superior. El hecho de que este problema se haya convertido básicamente en un obstáculo para los estudiantes, lo hace digno de consideración. No obstante, es posible abordar este tema adecuadamente con un poco de planificación y pensando en una solución.
El matrimonio es una necesidad vital del hombre a distintos niveles: tanto en el aspecto emocional como moral, sicológico como físico, y la capacidad intelectual y emocional florece a la sombra del matrimonio. La posición social y la personalidad de una persona se forman del todo con el matrimonio. Además, el sentido de responsabilidad y la obligación social crece en el ser humano después de crear una familia y aceptar el rol de pareja.
Dicho lo anterior, no es prudente que una persona se prive de todos estos beneficios y los evite con distintas excusas.
- Ausencia del pretendiente deseado
Los jóvenes y las jóvenes, al inicio de la pubertad y cierto tiempo después de esa etapa, tanto por la fuerza del instinto como por su pensamiento sin formar, buscan más saciar saciar el instinto y menos formar una familia y convivir, por ello rara vez piensan en las características de la otra parte.
Gradualmente, a medida que se alejan de la edad de la pubertad y se fortalecen las facultades mentales e intelectuales, tales cuestiones, junto con la respuesta a la necesidad sexual, comienzan a formar parte de los cálculos y la previsión humana. Cuanto más transcurren los años, este tema pasa a ocupar aún más la mente y el pensamiento.
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