Latrocinio imperial

Segundo Paso para Nuestra América.- Históricamente los viejos imperios occidentales han utilizado su malévolo poder bélico para el saqueo y el ultraje de naciones enteras y así hacerse de recursos naturales, bienes estratégicos y minerales preciosos, con los cuales expandir su poder, sostener sus economías e imponer su orden civilizatorio hegemónico secularizador. Así, en nombre de la “libertad y la democracia”, Occidente embiste contra la razón y da zarpazos a la paz, sobretodo a las asumidas y practicadas por aquellas naciones que, por dignidad, no se alinean a su malviviente proceder. En ese orden de ideas, en estos casi diez años de mandato del presidente Nicolás Maduro, los EE.UU., la U.E y R.U, han secuestrado bienes de la patria con el firme propósito de causar lesiones económicas a Venezuela, ahogar a su pueblo en la miseria y provocar caos y desasosiego en la sociedad; todo con el fin de derrocar al gobierno. Ahora bien, más allá de cualquier interpretación, las acciones imperiales contra la República Bolivariana de Venezuela obedecen a un plan contra el nuevo orden internacional que está surgiendo desde los países de la región. En el siglo XXI las revoluciones y los revolucionarios, con las particularidades que se derivan de sus procesos socio históricos, están asumiendo la conducción de sus Estados con gobiernos que se deslindan del pretendido tutelaje estadounidense, europeo y del Reino Unido. He allí la razón de la ferocidad.