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Los Otros Muros (Parte II)

Segundopaso ConoSur – Resulta paradójico, que en el marco de la globalización, que suponía ampliaría las relaciones entre los países, abrir las fronteras, permitir el libre flujo de seres humanos, lo único que tiene esa libertad en este tercer lustro del siglo XXI sean los capitales financieros. Ellos se mueven sin restricciones. Viajan de país en país sin pedir permiso, sin mostrar pasaportes y sin que se considere que color de piel, que raza, que ideología o que religión posee.

En la primera parte de este trabajo da cuenta de las creaciones políticas, divisorias de los pueblos, concretado en lo que se denominó el Muro de Berlín y el Muro de la vergüenza marroquí. Los muros, lo que segrega y separa no queda circunscrito a esas creaciones hay más, tan indignos como los mencionados.

Efectivamente, se unen a los mencionados muros en esta política de ocupación, el que sufre el pueblo palestino, en Asia Occidental, en los territorios ocupados: un muro infame, criminal, que es parte de un complejo sistema represivo puesto en práctica por los gobiernos sionistas desde el año 2002 – cuando comenzó su construcción bajo el gobierno del fallecido ex primer Ministro Ariel Sharon – compuesto por un sistema de unos 550 controles y bloqueos, levantados para controlar a la población de 3.5 millones de palestinos dentro de los territorios ocupados en Cisjordania. Una creación de segregación racial, condenada por gobiernos, organismos internacionales y organizaciones defensoras de los derechos humanos. Condenas, que para Israel y una sociedad ciega en consideraciones humanas no significan nada. Y esto seguirá siendo así, mientras siga contando con el aval, el apoyo y financiamiento de su aliado principal: Estados unidos.

El Muro de la infamia, es una estructura que una vez finalice su construcción – hasta ahora sin fecha – estará dotada de tecnología de última generación en materia de vigilancia: sensores infrarrojos, difusores de gas lacrimógeno entre otros artilugios. Incluye alambradas de púas de acero, zanjas, zonas dotadas de arena fina para detectar huellas, torres de vigilancia con guardias permanentes, caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a los tanques y otros vehículos de seguridad, así como zonas adicionales de defensa y áreas restringidas de diversa profundidad. Puntos de control y vigilancia que se adentran, en gran parte de su construcción por territorio palestino.

 

El diseño del trazado no sigue el sentido definido tras el armisticio firmado entre Israel y los países árabes el año 1949 – la denominada Línea Verde – sino que se construye, según lo han señalado los propios israelitas «allí donde tenga una mayor efectividad». Y esto es, teniendo como objetivo primordial el rodear con un sistema de seguridad los 50 asentamientos israelíes ilegales donde habita un 80% de colonos judíos que incluye, además extensas áreas cultivables confiscadas a los palestinos. Se ha creado así, en territorio palestino una continuidad de los asentamientos ilegales con Israel mientras separa dicha zona del resto de Cisjordania.

Aunque aún no se concluye – se considera que cerca de un 70% de este adefesio de hormigón está terminado – cien mil palestinos residentes en 42 pueblos de Cisjordania vivirán entre el muro y la línea verde con Israel. Una docena de estos pueblos y 50 mil palestinos quedarán completamente cercados por el muro. Más del 10% de la tierra palestina de Cisjordania, unas 57.518 hectáreas, quedarán al otro lado del muro. Más de 80 mil palestinos vivirán dentro de una franja de un kilómetro impuesto por esta infame separación. En Al Quds Este, 300 mil palestinos se verán afectados. Así como también el hecho que extensas áreas agrícolas, decenas de miles de olivos y extensas áreas de tierras agrícolas han sido confiscadas y destruidas, como también se ha concretado la demolición de centenares de viviendas.

El tema del muro fue remitido a la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJH) que en una opinión consultiva de julio de 2004, determinó que esta construcción violaba el derecho internacional humanitario y de derechos humanos. La CIJH determinó que Israel debía detener la construcción del muro dentro de los Territorios Ocupados, desmantelar las secciones ya construidas allí y reparar el daño causado. Hasta ahora esa decisión, así como las emanadas de los propios tribunales israelíes han sido desechadas por los regímenes sionistas, sin que ello signifique condena alguna del Consejo de Seguridad de la ONU, sanciones por el incumplimiento de resoluciones internacionales, decisiones de boicot o sanciones. Israel, así como Marruecos, han violado la legislación internacional y han intensificado su política de ocupación y represión contra las sociedades a las cuales someten. Los gobiernos callan, los organismos internacionales no ejecutan las labores que deben realizar y el juego macabro continúa su marcha de dolor y muerte.

El muro de la segregación estadounidense

Estados Unidos, quien fue uno de los principales enemigos del Muro de Berlín, quien trabajó por la caída de esa creación y del modelo político que lo sustentaba, es uno de los que ha creado, en su territorio fronterizo con México, una de las vallas y muros con más víctimas fatales desde que se iniciará su construcción bajo el gobierno del demócrata Bill Clinton. Más de quince mil seres humanos han muerto desde el año 1994 cuando se dio comienzo a la denominada Operación Guardián – Operation Gatekeeper – con el objetivo declarado de detener la ola migratoria que venía desde el sur. Objetivo, que el año 2021 significó que 1,7 millones de personas fueran detenidas tras cruzar la frontera, originarias de 160 países. La mayoría migrantes de Guatemala, Honduras, El Salvador y México. Sumemos a esa cifra los fallecidos, que en promedio significa, que 500 vidas humanas de inmigrantes, , se cercenan cada año desde 1994. Ya sea por abusos de los guardias fronterizos, deshidratación en el cruce del desierto, ahogados en los cursos de ríos o asfixiados durante el cruce en vehículos abarrotados de hombres mujeres y niños.

Hasta el momento, las muertes por un Muro que separa el sueño estadounidense de millones de hombres y mujeres inmigrantes han generado en 28 años de existencia 50 veces más muertes que los 28 años del Muro de Berlín. Se une a ello las denuncias de Amnistía internacional que en un informe de agosto del 2014 consignó que “un número sorprendentemente alto de mujeres migrantes sufren abusos sexuales durante su paso clandestino por México hacia los Estados Unidos. Seis de cada diez mujeres que pasan por México en busca del sueño americano, en vez de lograrlo solo son objeto de abusos por parte de traficantes y policías”. Sin embargo, ni siquiera esta constatación numérica acalla las voces que siguen denominando a la sociedad estadounidense como la más democrática del mundo.

Ocho años después la situación no ha cambiado en esencia. En junio de este 2022 un hecho estremecedor volvió a colocar en la palestra a este Muro. En San Antonio, Texas se encontraron 50 cuerpos abandonados dentro de un camión que cruzó la frontera asfixiando a medio centenar de humanos: hombres mujeres y niños, sin ventilación, sin agua, con altísimas temperaturas, en condiciones paupérrimas buscando una mejor vida. Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, calificó lo acontecido en San Antonio “como un ejemplo devastador de la incapacidad de nuestros estados. La propia Organización Internacional de Migraciones estableció que el año pasado, por lo menos, setecientas personas habían perdido la vida en su intento de cruzar la frontera entre México y los Estados Unidos. Y eso te habla de la realidad que están enfrentando las personas migrantes y solicitantes de asilo en su búsqueda de protección. Es la realidad de una crisis generada por políticas migratorias restrictivas, crueles e inhumanas para prevenir a las personas de ejercitar su derecho a solicitar asilo” (1)

La Operation Gatekeeper, se propuso crear, bajo la administración del ex presidente Bill Clinton un cerco que recorriera toda la frontera sur del país. Hasta hoy los sectores construidos son aquellos que dividen a California del estado mexicano de Tijuana. Arizona de Sonora, Nuevo México de Baja California y Texas de Chihuahua y Coahuila. Este muro segregacionista está compuesto por tres secciones de tapias sucesivas a las cuales se le ha dotado de la más alta tecnología en materia de vigilancia electrónica: luces de altísima potencia, radares, sensores electrónicos, cámaras de visión nocturna, detectores de movimiento. Todo ello conectado a la denominada Border Patrol -Patrulla fronteriza- Se une a ello un cuerpo de elite militar, entrenados en materias de combate a la inmigración y a los cuales se les ha dotado de patrullas todoterreno, helicópteros y facultades legales que han merecido la repulsa de organizaciones de defensa de los derechos humanos.

El año 2011, bajo la primera administración del presidente Barack Obama, Premio Nobel de la Paz, se habían construido 1.044 kilómetros del Muro Fronterizo. La idea de la administración estadounidense, en acuerdo con el Senado el año 2013 fue levantar unos mil kilómetros más de muro en la frontera con México, que se extiende por 3.144 kilómetros. La disposición incluyó también duplicar el número de agentes fronterizos – hasta llegar a los diez mil – Además de gastar 10 mil millones de dólares en la adquisición de “drones” para la vigilancia aérea. Gastos en represión, en más armas y cero gastos en tratar de generar ideas de desarrollo en los países de los cuales provienen estos inmigrantes.

 

Iniciativas impulsadas aún más bajo la administración del ex presidente Donald Trump, quien tomo como estandarte el dotarse de una política migratoria restrictiva y represiva. Trump llegó a la Casa Blanca con una promesa clara: iba a construir un muro en la frontera sur de Estados Unidos y lo iba a pagar México. Fracaso absoluto en ello y más carga para los contribuyentes estadounidenses. “Build the wall”, construye el muro, se convirtió en el grito de guerra de sus mítines. Aunque los aeropuertos son la principal vía de entrada de indocumentados, el muro se interpretó como un símbolo del trumpismo a frenar el flujo humano desde el sur del continente y así satisfacer sus bases de votantes, que como se ha demostrado con la pandemia, rechazan los trabajos de miseria que desempeñan los sin papeles. Casi seis años después de aquella puesta en escena, y después de cuatro de presidencia, esta edificación no sólo ilustró el cierre de Estados Unidos al resto de países. También representó la separación interior, la división que Donald Trump y la ultraderecha estadounidense fomento en su sociedad. Trump construyó un muro con México y un abismo dentro de sus fronteras” (2)

La frontera entre Estados Unidos y México. se extiende a lo largo de 3.144,6 km desde el océano Pacífico al Atlántico. De los cuales sólo 1.126 km están provistos de algún tipo de estructura de separación. La mayoría en terrenos propiedad del estado. De todo ese tramo, 569 km corresponden a muros de no más de 3 m, el resto corresponderían a verjas y bolardos a lo largo de 9 sectores con agentes de control de frontera. La intervención de la administración Trump se ha centrado exclusivamente en estas tres áreas de la frontera. Levantando un total de 729 km con una nueva estructura de muro de 9 metros de altura. De los cuales en su mayoría han ido a reemplazar muros preexistentes y tan sólo 75,6 km corresponderían a nuevo trazado. Joe Biden tomó posesión de la Casa Blanca el miércoles 20 de enero de 2021. Ese mismo día decretó que la paralización de toda obra de más edificación y ampliación del muro.

Los Muros sean entre países ocupantes y colonizadores contra la población a la que desean someter. Aquellos que buscan segregar según color de piel, orientación política o para crear fortalezas contra los más pobres, están muy lejos de resolver el problema de la inmigración y sólo benefician a las empresas que producen equipos para vigilar la frontera y a los políticos que hacen de la xenofobia, la segregación y el desprecio por los derechos de los inmigrantes su base de votos. Mientras no se vaya al fondo de las razones, que inducen a millones de seres humanos a emigrar, a buscar mejores perspectivas de vida allende sus países, el Rio Bravo del Norte seguirá siendo cruzado por millones de espaldas mojadas.

Resulta paradójico, que en el marco de la globalización, que suponía ampliaría las relaciones entre los países, abrir las fronteras, permitir el libre flujo de seres humanos, lo único que tiene esa libertad en este tercer lustro del siglo XXI sean los capitales financieros. Ellos se mueven sin restricciones. Viajan de país en país sin pedir permiso, sin mostrar pasaportes y sin que se considere que color de piel, que raza, que ideología o que religión posee.

Pablo Jofré Leal

Artículo para SegundoPaso ConoSur

Permitida su reproducción citando la fuente

 

 

  1. https://radio.uchile.cl/2022/08/01/la-ruta-peligrosa-en-la-frontera-con-estados-unidos-es-la-realidad-de-una-crisis-generada-por-politicas-migratorias-restrictivas-e-inhumanas/
  2. https://stories.lavanguardia.com/internacional/20210124/32117/muro-trump-historia-visual-fracaso

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