Se trata de aquellas narrativas traducidas por los pueblos latinoamericanos en arte y política, siendo la música, el cine, la caricatura, los murales, la pintura, la poesía y hasta la gastronomía, las manifestaciones de esas subjetividades y sensibilidades relatadas.
Nos aproximaremos al arte en relación dialéctica con la política. Arte y política desde la totalidad, como respuesta ante la violencia del poder y desde la resistencia popular. Se trata de redes semánticas sobre la denuncia y la protesta que se construyen desde las perspectivas del artista comprometido, como es el caso de Cortázar, o la serigrafía de Pinochet, realizada por Iván Díaz Lavín y Ricardo Pérez Zúñiga con el título “Ninguna calle llevará tu nombre” (1982).
Toda transformación política debe conllevar ineludiblemente a una transformación cultural, descolonizadora. La boliviana Silvia Rivera Cusicanqui dijo: “La posibilidad de una reforma cultural profunda en nuestra sociedad depende de la descolonización de nuestros gestos, de nuestros actos y de la lengua con que nombramos el mundo” (RIVERA, 2014).
Esta visión entra en contradicción con los lenguaje

Segundo Paso para Nuestra América.- En este espacio, estaremos en busca de las narrativas populares, aquellas depositadas en los trabajadores, los universitarios, las mujeres, los indígenas, los campesinos y en quienes habitan las ciudades; nos interesa el arte que se manifiesta en las plazas, las paredes, los papeles, panfletos atriles, salones de clases.
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