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Eres lo que piensas

Segundopaso – En este artículo, primero exploraremos la importancia y lo vital del pensamiento humano en la vida individual y social; después los daños y desafíos que los amenazan. A continuación, enumeramos algunas formas para aumentar nuestro dominio sobre los pensamientos ilógicos.

Ingresó a la universidad con mucho esfuerzo, luego de terminar su maestría, se dedicó a la educación. La primera vez que fue a dictar clases, el ruido y el desorden de algunos alumnos convirtieron al salón en un lugar de caos. Estaba confundido y no sabía qué hacer para restablecer el orden, el reloj pasaba lento y soportaba mucha presión mental. Todos sus esfuerzos por manejar la clase fueron infructuosos y no pudo manejarlo hasta el final del tiempo. Después de esta experiencia, se sintió impotente, pensó para sí mismo lo difícil que era no poder controlar a algunos estudiantes de secundaria.

Pasó un tiempo y repetir la experiencia de fracasar en el salón de clases lo hacía sentir impotente y sin valor, sentía que ni siquiera merecía tener una maestría. Con el tiempo, se sintió más frustrado y triste, porque cuanto más intentaba, menos conseguía. La continuación de este proceso le hizo criticarse severamente a sí mismo y perder aún más la esperanza. Hasta el punto de que cada vez antes de asistir a la clase, estaba seguro, como siempre, de que no sería capaz de manejar a los estudiantes: Si no tuviera que hacerlo, dejaría mi trabajo mañana. Ojalá no hubiera elegido la profesión docente. No estoy hecho para esto y no puedo dirigir un salón de clases. Dadas mis deficiencias y discapacidades, nunca podré llegar a ninguna parte. Estos eran los pensamientos que se repetían en su mente.

El comportamiento y la reacción de su compañero de trabajo en el área educativa frente al fracaso, le resultaba muy extraño y más que nada lo confundía. La condición de su amigo al comienzo de su labor fue similar a la suya porque tampoco pudo manejar bien la clase en las primeras sesiones; sin embargo, no se sintió decepcionado ni perturbado por esta mala experiencia, sino que después de algunas semanas, pudo alcanzar el resultado deseado y establecer el orden en la clase con determinación y esfuerzo.

Realmente, ¿cuál era la diferencia entre él y su amigo? ¿Qué hizo que su compañero no se sintiera impotente a pesar del fracaso inicial; sino que continuara sus esfuerzos y salga victorioso en este camino?

Lo que les sucedió al inicio a los dos fue lo mismo, pero el resultado fue completamente diferente. Su fracaso y su incapacidad para manejar la clase lo hacían sentir incompetente y este sentimiento se profundizaba en él todos los días. Con algunas experiencias frustrantes había llegado a la conclusión de que debido a que era incapaz, no podía administrar el salón de clases; pero su amigo consideró que este problema en las primeras semanas era totalmente normal y creía que su fallo se debía a su inexperiencia y no por su incapacidad. Por ello, trató de aumentar su conciencia en el campo de la gestión del aula y beneficiarse de las experiencias de sus compañeros, este esperanzador esfuerzo se convirtió en el secreto de su victoria en la administración de clase.

Como hemos visto, el fracaso en el manejo de la clase en una persona lo llevó a la decepción, mientras que en otra, lo impulsó a hacer su mejor esfuerzo. Aunque las condiciones de ambas personas eran relativamente las mismas, sus comportamientos y reacciones fueron completamente diferentes. Ahora la pregunta principal es ¿qué hace que las personas reaccionen en forma diferente ante la misma situación? Quiero que piense unos minutos antes de seguir leyendo, ¿por qué estas dos personas reaccionan de manera diferente ante la misma situación?

Sentirse bien por los sucesos agradables y amargarse por los desafortunados es completamente natural; pero la forma en que una persona mira un problema y cómo lo enfrenta es determinante en su sentimiento de paz y felicidad o ansiedad y desdicha. El tipo de pensamiento de cada persona sobre varios eventos, a menudo hace que incida en él. Así que el dicho, de que el ser humano vive de sus anhelos, es correcto. Es por esto que dos personas con dos tipos de expectativas reaccionan de manera diferente ante un mismo hecho.

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