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Divorcio Silencioso

Segundo paso – En algunos casos, las parejas pueden seguir viviendo juntas, pero, en su relación, ya no existe intimidad, expresión de interés o contacto físico: se trata, en realidad, de un divorcio emocional, que se verá afectado por aspectos que se mencionan en esta sección.

El divorcio emocional es un tipo de separación en la que el marido y la mujer siguen viviendo juntos bajo el mismo techo, pero ya no existe amor ni cariño entre ellos.

Algunas veces, el esposo y la esposa discuten sobre cada pequeño problema y, otras, no se hablan durante días o incluso meses. Las diferencias entre estos esposos han alcanzado el punto en que ya no se preocupan el uno por el otro y ni siquiera les importa si su cónyuge está allí o no: es entonces cuando se produce este tipo de divorcio.

En este modo de vida, lo único que une a la pareja es, de hecho, el contrato que aceptaron al inicio de su vida, pero con el paso de los años, la relación que una vez fue dulce y cálida se ha convertido en frialdad y silencio, al igual que la relación espiritual, física, emocional y hasta verbal.

La existencia de este problema en una relación deviene en carencia de afecto y también disminuye la energía positiva en la familia. Las parejas se pierden en la alienación del mundo de sus cónyuges y, en realidad, solo mantienen el estatus de un compañero de piso al que están acostumbrados. Estas personas han delimitado líneas rojas entre sí y se mantienen tanto a distancia física como mental, y cada uno acusa al otro en privado.

Causas y factores del divorcio emocional

Cuando hablamos de la importancia de la familia y de las relaciones entre los cónyuges, se dan muchos factores que pueden influir en el tipo de relación y en el proceso de la misma. El divorcio emocional es un hecho que se puede producir gradualmente, por eso es importante dar importancia a la relación en cada etapa.

El divorcio emocional, por lo general, comienza con parejas expresando disgusto y quejándose un cónyuge del otro, con expectativas que se expresan, pero no se cumplen.

De hecho, a las partes de esta relación no les importan las necesidades y los deseos del otro, como si el esposo y la esposa se vieran pero no se hablaran, como si estuvieran acostumbrados a estar solos aun estando juntos. Esta es la etapa inicial del divorcio emocional.

En la siguiente etapa, se producen rencillas y peleas entre los cónyuges, y las expectativas que antes se manifestaban en calma ahora se expresan a gritos. Es cuando la paz y el amor del inicio de la relación dan paso a la ira.

Estas relaciones —con el transcurso del tiempo y una vez que han atravesado el proceso arriba mencionado— han provocado que tanto el esposo como la esposa tengan diferentes deseos, actitudes y necesidades, y como consecuencia, se alejan el uno del otro. No obstante, se obligan a seguir conviviendo juntos y, por lo general, el motivo principal es la existencia de hijos o de problemas sociales especiales. Problemas que les llevan a continuar su vida en común, pero este tipo de vida está ya abocada a nuevos conflictos en cualquier momento.

No comprender correctamente el comportamiento y las palabras del otro, no tener suficiente conocimiento de los estados de ánimo del cónyuge y, finalmente, el desinterés y la frialdad hacia el compañero de vida, todo coadyuva a provocar un divorcio emocional en la vida de las parejas.

Por último, las causas y factores del divorcio afectivo o emocional se pueden resumir en los siguientes puntos:

1- Cualidades morales indeseables en las parejas

2- Violencia doméstica

3- Interferencias de personas cercanas en la vida matrimonial

4- Falta de intimidad

5- Desempleo o pérdida del empleo

6- Carencia de habilidades de comunicación verbal y no verbal

7- No reconocer ni satisfacer las necesidades emocionales de la pareja

8- Matrimonio forzado impuesto a uno de los cónyuges o a ambos

9- Diferencias culturales entre las familias de la pareja

10- Diferencias en la personalidad y estados de ánimo de la pareja

11- Matrimonios emocionales sin un conocimiento suficiente entre los cónyuges

12- Matrimonio para escapar de la familia

13- Ausencia de objetivos comunes

Signos y síntomas del divorcio emocional

El divorcio emocional es un preludio de la disminución de intimidad en la pareja y de la profundización de las tensiones entre los cónyuges, también es una de las causas más importantes de divorcio y de separación entre las parejas. Una ruptura puede resultar confusa para los cónyuges al principio, impidiendo que pueden identificar dónde está el problema en la relación.

A continuación nombramos los signos y síntomas del divorcio emocional:

  1. Disminución o ausencia de relaciones afectivas en la pareja
  2. No quejarse ni criticar los problemas de las relaciones maritales y ser indiferentes entre sí
  3. No dedicar tiempo al cónyuge y pasar más tiempo fuera del hogar
  4. No mantener relaciones
  5. Enfocarse emocionalmente en los hijos y amar más a los hijos que al cónyuge
  6. Disgusto y falta de interés por la forma de pensar de la pareja
  7. Desconfiar del cónyuge
  8. Reducir la dependencia de los cónyuges entre sí
  9. Revelar secretos matrimoniales y problemas fuera del hogar
  10. Presumir de errores, de pequeños problemas y criticarse mutuamente
  11. Abordar problemas pasados en lugar de pensar en problemas futuros
  12. Reducción significativa de la pasión y de la emoción en la vida en común y no esforzase por ser feliz con el compañero de vida

Resultados y consecuencias del divorcio emocional

Disminución de la confianza

El divorcio emocional hace que el nivel de confianza entre los cónyuges disminuya y surjan malentendidos entre ellos, por ello cometen errores constantemente y, al carecer de un apoyo serio en la vida, sienten desesperación y frustración y sufren todo tipo de trastornos mentales y enfermedades espirituales.

Descuido de la salud

Una persona que ha sufrido un divorcio emocional se descuida a sí mismo y su salud personal e, incluso, se preocupa menos de la salud de los demás miembros de la familia. No cumple con sus obligaciones correctamente y afronta sus responsabilidades con los otros miembros de la familia con frialdad y sin ningún deseo.

Depresión

Una persona que, mentalmente, se encuentra en una situación en la que ha pedido el deseo de ser feliz o de pertenecer a un grupo feliz y que, generalmente, prefiere la soledad, va cayendo gradualmente en la depresión. Así pues, además de perder su salud mental, también pone en riesgo su salud física.

Dado que el divorcio emocional no cuenta como divorcio oficial, muchas veces es difícil reconocerlo, incluso para la propia pareja, pero debe aceptarse que, en cualquier caso, el divorcio emocional tiene efectos de lo más destructivos en la vida y en la familia, por lo tanto, habría que solucionar los problemas que provocan el divorcio emocional consultando con los psicoterapeutas para conseguir un diagnóstico precoz de este fenómeno.

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