Mujer

Unos momentos tratando la vida de Fatima (P)

Un repaso a algunos momentos de la vida de una gran dama, en el aniversario de su martirio

Era la noche de su boda y el ambiente estaba lleno de regocijo. Era de esperarse que, por el hecho de que no optaba por una vida lujosa, su boda también iba a ser una de las más sencillas de la ciudad. Las mujeres de la tribu estaban arreglando una de sus ropas viejas de color blanco para que la llevara en la ceremonia.

Esa noche era la noche más importante de su vida. Ella era muy querida para su padre, por lo que esa noche también era muy especial para él.

De repente su simpático padre entró en la habitación, se le acercó con su bella sonrisa de siempre, mientras en la mano le traía el vestido de novia.

Para ella que recibía el vestido de la mano de su amado padre, ese vestido era un vestido tan suave y tan tierno como las nubes de la primavera.

Unos minutos más tarde, llamaron a la puerta; ella se levantó y fue a abrirla.

Era una mujer desconocida, necesitada, que pedía algo de ropa.

Ella, de inmediato, fue a ver qué tenía en su armario y encontró algunas prendas viejas que le podría dar, Pero, de repente se acordó de la palabra divina:

“No alcanzaréis la piedad auténtica mientras no gastéis algo de lo que amáis. Y Alá conoce bien cualquier cosa que gastáis”.

Con ternura y dando unos pasos firmes se acercó a su vestido de novia, lo miró, y entregó a la mujer necesitada su mejor prenda, la que iba a utilizar el día de su boda.

Ella era hija de un ser muy querido para Dios y que todos amaban.

Toda la tenencia de su padre en este mundo, era un jardín denominado Fadak, del cual fue despojada, de manera injusta, luego del fallecimiento de su padre.

Ésta es la historia de la vida de Fátima. Esa misma dama que otorgó a un necesitado su vestido de boda, sin esperar nada a cambio.

Fátima siempre optaba por una postura firme, y esta vez buscaba defender su derecho… el derecho de ella y de sus hijos.

Fátima siempre fue muy generosa a la hora de ayudar a los de más, pero, esto no significaba que no defendiese sus derechos y mucho más, los derechos de otras personas.

Ella era una mujer fuerte y resistente.

Va a reclamar su derecho de un gobernante que se lo ha negado, le encuentra en el estrado donde normalmente pronunciaba sus discursos.

Se acerca y empieza a hablar de su padre y de su buena fama entre la gente.

Habla tan firme y tan claro que nadie se atreve a rechazar sus palabras.

Continúa hablando y esta vez se refiere a su herencia.

Habla de su propio derecho y el de sus hijos; y sus palabras son tan razonables que no dejan lugar a ninguna duda.

Cuando el gobernante observa esta situación y se ve entre personas que esperan la devolución de la propiedad legítima de la hija del Profeta, escribe una carta en la que da la orden de la devolución de Fadak a su verdadera propietaria.

Fátima es una mujer que otorgaba sus propiedades en la causa de Dios y que defendía sus derechos cuando se trataba de una injusticia.

Y nunca perdió de vista la justicia… Y esta historia no es todo lo que se tiene que saber sobre Fátima (la Paz de Dios sea con ella).

En la siguiente entrevista, nos familiarizaremos más con su personalidad.

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