Un día Jonás se encontraba en su taller realizando su trabajo, cumpliendo con los pedidos de los clientes cuando de repente oyó el sonido del relincho y el casco de unos caballos.
Miró hacia afuera y vio al Gobernador y a sus sirvientes que estaban a punto de entrar en su taller; sintió temor y preocupación en todo su ser. Jonás era uno de los amigos del Imam Hadi (P) y pensó que habían ido para arrestarlo, debido a la amistad que tenían.
Entre dientes repetía la frase: "Ayúdame Dios". Se abrió la puerta y el Gobernador se sentó en una silla, el joyero intimidado no podía respirar y sintió que su corazón estaba a punto de detenerse, mientras tanto, el Gobernador dijo con voz ruda: "Tengo una joya valiosa y, en esta ciudad tú eres quien diseña los mejores grabados sobre las piedras preciosas, realiza esta tarea para mi esposa". Los sirvientes colocaron frente a Jonás la piedra que estaba guardada en una bonita caja.
Jonás la abrió con cuidado, colocó la gema frente a la luz y su resplandor causó ceguera en sus ojos... Estaba claro que su precio era el más alto sobre todas las propiedades de su familia, pero no se atrevió a decir que no podía aceptarlo. El Gobernador se levantó y el momento de salir dijo: Si haces correctamente tu trabajo, tendrás una buena recompensa, pero, ¡ay de ti si la dañas un poquito!... Pronunció estas palabras y todos salieron del taller.
Jonás estaba preocupado, pero no tenía otra opción. Tenía solo dos días, por eso de inmediato comenzó su tarea y trabajó toda la noche. Decidió dibujar un hermoso grabado simétrico y esa noche avanzó una parte del anillo. A la mañana siguiente regresó a su taller y empezó a trabajar. No quedaba mucho tiempo y laboraba con dificultad, pero de repente sucedió algo terrible e impredecible. La preciosa y hermosa gema del Gobernador se rompió por la mitad. Se quedó paralizado y temblando regreso a su casa, recogió sus ropas y le contó a su esposa lo que había sucedido. Ella le dijo: "Espera, alguien vendrá y les contará lo que sucedió y que es lo que deberían hacer".
La única persona que podría ayudarle en esta circunstancia era el Imam Hadi, una persona que siempre ayudaba a todos. Llegó a la casa del Imam, entró asustado y se sentó frente a él, el Imam lo miraba atentamente. Jonás dijo: "He perdido todo, tengo que huir de la ciudad y le dejo a usted el cuidado de mi mujer y mis hijos; por favor, cuide de ellos. El Imam preguntó: "¿Qué ha sucedido?"
Jonás le explicó todo, luego el Imam sonrió y dijo: "No te preocupes no pasará nada, relájate y no le menciones nada a nadie, vuelve a tu trabajo y confía en Dios. Las palabras del Imam le habían tranquilizado..."
Regresó a su taller. Unas horas más tarde los sirvientes del Gobernador llegaron a buscarle y le dijeron que debía ir a visitar al Gobernador. Cuando se presentó ante él, dijo: Yo quería el anillo para una de mis esposas, pero ellas tuvieron una riña entre sí. Ve y corta esa gema por la mitad y haz dos hermosos anillos nuevos.
Jonás aceptó la tarea y salió muy alegre. Directamente se dirigió a la casa del Imam y levantó su rostro hacia el cielo y dijo: "Gracias a Dios que somos compañeros de la familia del imamato". Le dijo al Imam Hadi: Si no fuera por usted, ahora hubiera sido desterrado a los desiertos y mi vida habría sido destruida… ¡Gracias a Dios y a usted!
MD/ RFM/ STP
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